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el español se queda en el byron nelson a tres golpes del líder, brooks koepka, a falta de la ronda definitiva

Sergio venía otra vez al rojo vivo, pero se le fue el santo al cielo

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Sergio García (-13) comenzaba la tercera ronda del Byron Nelson tal y como se habían desarrollado las dos anteriores: al rojo vivo. Así, en ocho hoyos había establecido ya en el TPC Four Seasons (Irving, Texas) un parcial de cuatro menos y era líder con dos golpes de ventaja. Incluso cuando perdió calle en ese tramo se las arreglaba para cazar el green en regulación. No había quién o qué lo parara, porque en los greenes volvía a responder con una puntería descomunal en los putts de media y larga distancia, embocando dos putts de birdie desde seis metros en el hoyo 2, y desde más de siete en el hoyo 8…

Por momentos pareció que iba a ser capaz de poner un resultado muy exigente al final del día en lo alto de la tabla. Un registro que dejara fuera de juego a la gran mayoría. Pero de repente, casi por ensalmo, su santo se fue al cielo. O a donde quiera que fuera. Ocurrió en el hoyo 9. De nuevo había perdido la calle y de nuevo había sido capaz de poner la bola en el green, aunque muy lejos de la bandera. Sin embargo, el primer putt fue notable; muy bien tirado, aunque algo corto. Tenía un putt de poco más de medio metro para salvar el par y seguir adelante… Pero lo falló. En apariencia se trataba sólo de un accidente puntual, pero el caso es que después de haber encadenado 44 hoyos sin bogey, a partir de ese momento ya nada fue exactamente igual.

En los siguientes cinco hoyos fallaría hasta cuatro putts desde distancias en torno a los tres metros de distancia. No es que estuviera jugando mal… Sólo era que el santo se le había ido al cielo. O a donde quiera que hubiera ido. No es que viniera sufriendo, pero su golf ya no echaba fuego. Y hasta la buena suerte le abandonaba: en el 15, con el disparo a green bloqueado por un árbol, se sacaba de la manga un gancho controlado al cielo y la bola pegaba en el mástil de la bandera y se alejaba del hoyo sin compasión.

Todavía va a tener la opción de victoria, situado a tres golpes del líder, Brooks Koepka (-16), que es el único que realmente ha conseguido una ventaja considerable (Spieth es segundo con -14, a un paso de Sergio). Koepka ha basado su excelente tarjeta de 65 golpes, cinco menos en el día, sobre todo en un excelente juego corto y en el oportunismo y acierto demostrado por los segundos nueve hoyos para solventar hasta tres situaciones delicadas, embocando putts de entre dos y tres metros para salvar pares. Spieth, por su parte, gestionaba con un espléndido 67 una jornada mediocre desde el tee. ¿Cómo? Pues por ejemplo enchufando un putt de casi siete metros para salvar el bogey en el hoyo 14.

Koepka y Spieth formarán mañana el partido estelar y Sergio marchará dos partidos por delante (a partir de las 18,30 en la península) junto a Kyle Reifers. A pesar de ese brusco enfriamiento o parón, llámenlo como quieran, el caso es que el de Castellón va a tener otra opción de cerrar una larga sequía de victorias de casi cuatro años en el PGA Tour. A su favor concurren dos factores: el excelente juego desplegado esta semana en tierras texanas y el escaso nivel de frustración que mostraba nada más finalizar la tercera ronda, tan extraña y puñetera en su segunda mitad.

Resultados de la tercera ronda del AT&T Byron Nelson