Sergio García y Adam Scott saldrán mañana como líderes destacados del Honda Classic en la cuarta y definitiva ronda, después de haber entregado tarjetas de 67 y 66 golpes, respectivamente, en el Champion course del PGA National (Palm Beach Gardens, Florida), y de haber brindado un espectáculo mayúsculo al que no le faltó de nada.
Mientras Rickie Fowler (-4) y Jimmy Walker (+2) se hundían con prisa (Walker) y sin pausa (Fowler) viniendo en el partido estelar, el australiano y el español protagonizaban un toma y daca alucinante por los primeros nueve hoyos, sumando entre ambos nueve birdies por este tramo, que bien pudieran haber sido algunos más.
El golf era de tiralíneas y en elegante coreografía a dos. Y así se mantenía todavía unos cuantos hoyos más. Sergio, que estaba pateando como los ángeles, bien pudo haber arrancado uno o dos birdies más entre los hoyos 10 y 12 (especialmente doloroso fue un putt corto de birdie bien tirado en el 12, donde la bola, que ya estaba casi dentro, dibujaba una corbata absurda). A partir de ese momento aparecían las primeras dudas en el juego del español. ¿Dudas? Quizá haya que matizar, porque no puede obviarse cuánto y de qué modo estaba sufriendo la mayoría de jugadores con un viento picante que venía en una dirección nada habitual en este campo. Lo normal era pagar un peaje en algún momento…
A Scott, que ajeno a todo seguía creciendo y creciendo y que no había fallado un solo golpe hasta el tee del 15 (siete birdies hasta ese momento), más que un peaje le cayó de golpe la pena capital: cuádruple bogey en ese hoyo 15, el par 3 donde arranca la Trampa del Oso, después de irse dos veces al agua. Pero el australiano se rehacía con gallardía, demostrando que aquello había sido un penoso accidente: buen par en el 16, excelente birdie en el 17… Sergio, por su parte, con el juego bajo control a pesar de las fatiguitas (en el 16 se dejaba otra excelente opción de birdie por el camino), finalizaba con un bogey en el 17 y birdie en el 18 para llevar las tablas al marcador y dejar bien plantado ahí arriba, poderoso y refulgente, un merecidísimo partido estelar.
A lo largo de la jornada llegó a parecer por momentos que García y Scott podrían llevar su particular combate y el liderato a unos registros casi imposibles para el resto. Ellos estaban en otra dimensión. Sin embargo, tal y como están las cosas, y aunque su ventaja es importante en un campo donde cuesta mucho hacer pocas (saldrán con cuatro golpes de ventaja sobre Blayne Barber y cinco sobre Justin Thomas y Rickie Fowler), hay que reconocer que nada está decidido. No hay más que buscar en la clasificación el 79 de Walker para entenderlo…
Dos pasos mal dados en el recorrido de Florida pueden hacer de un tropiezo un terrible desastre. Y ahí, en otro escenario intimidante, vuelve a estar el de siempre, Sergio García, tratando de arrancar una victoria liberadora.
