Podríamos glosar durante párrafos y párrafos la extraordinaria carrera de Seve, todo lo que ha hecho por el golf, lo que ha significado a nivel mundial, pero lo mejor es escuchar a los que más saben, a los que lo han tenido enfrente, al lado, a los mejores… Ballesteros ha dejado una huella imborrable a todos, incluido al número 1 del mundo. Aunque no coincidieron nunca, pues cuando el cántabro se apagaba Tiger irrumpía con fuerza, ganando su primer Masters en 1997, los elogios son muy importantes. Ojo también a la anécdota de Nick Faldo…
"Es, sin duda, el golfista más creativo que ha tenido este deporte. No recuerdo a nadie con su juego corto. He tenido la oportunidad de preguntarle el porqué de ese golpe y no otro más sencillo o seguro. Él ha sido un genio sin parangón. Es triste que sus problemas físicos le impiden volver a hacer un swing normal. Le vamos a echar mucho de menos", comentó Tiger.
Otro hombre que lo conoció bien es Billy Foster, su caddie de 1990 a 1995, cuando aún la figura de Seve estaba arriba. Ganó su último torneo en el Tour en Madrid, en el Open de España de 1995. "Todo el mundo habla del golpe en Suiza, en Crans, pero yo estuve allí. Cuando vi dónde estaba su bola, casi pegada al muro, le dije, "Seve, ya sabemos que eres como Houdini, pero es imposible". Y él me dijo: "Billy, tengo el golpe en mi mente". "Y así fue, superó una pared de cuatro metros de alto, metió la bola a través de un agujero entre los árboles no más grande que una pantalla de televisión, la bola siguió subiendo, cruzó la piscina, se elevó por encima de unos pinos y la dejó al borde del green. No me lo podía creer, y además, la embocó desde el borde del green con un chip. No tuve más remedio que arrodillarme y hacer la ola. ¡Era su sexto birdie consecutivo! Había asistido al golpe de mi vida".
José María Olazábal, su compañero y amigo en tantas Ryder Cup. "Lo que Seve significa para este deporte es la propia esencia del golf europeo; y es triste saber que las nuevas generaciones que no le han visto jugar nunca llegarán a entenderlo. Él fue toda una inspiración para mí; el mejor amigo que he tenido en mi carrera. Él ha sido mi verdadero maestro. Siempre admiraré su determinación, su seguridad en el campo. Quizá Tiger se le equipare, pero ese carisma que él tenía y que nos empujaba a todos ya no volverá".
Nick Faldo, compañero de tantas Ryder y actual capitán del equipo europeo, recuerda con nostalgia. "Me veo a mí mismo en el vestuario de la Ryder Cup en 1983, todos cabizbajos porque habíamos estado muy cerca de ganar a los americanos pero se nos escapó el triunfo en la ronda de individuales. Entonces entró él, como siempre entraba, como un huracán, desprendiendo toda aquella energía y nos dijo: "¿Pero qué hacéis ahí todos cabizbajos? ¿No os habéis dado cuenta de que ésta ha sido una victoria? ¿Vamos arriba a celebrarlo! Y entonces empezamos a creer. Entonces sólo cuatro o cinco pensamos que se podía ganar a los americanos, hoy los doce sabemos que es posible".
Pete Coleman conoce bien a Ballesteros. Fue su caddie durante la década de los 80. "Para mí ha sido, y es, uno de los mejores jugadores que he visto en mi vida, por delante de su generación. Él se sacaba golpes de la manga que posiblemente estarían al alcance de otros, pero que jamás se atreverían a ejecutar en un torneo de golf y menos en un Grande, como él hizo. Tenía magia con su juego corto, sin importarle dónde estaba. Te mantenía con el alma en vilo durante 18 hoyos y de pronto te daba un golpe que te quitaba el hipo de raíz. Lo que para mí era imposible, para él era lo más normal del mundo. ¿Increíble!".
Poco más que decir, ¿no creen?