Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Sólo Jon osó a entrometerse entre los gigantes

Sólo Jon osó a entrometerse entre los gigantes

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Dustin Johnson posa con el trofeo de campeón del The Northern Trust Open tras un apasionante desenlace.
Dustin Johnson posa con el trofeo de campeón del The Northern Trust Open tras un apasionante desenlace.

Jon Rahm prendió la mecha de la traca en el hoyo 11. Se disparaban las pulsaciones. Birdie, birdie y birdie. Redoble de tambor en el Glen Oaks Golf Club de Long Island. El ruido se escuchaba en Times Square, mientras Jordan Spieth y Dustin Johnson, incrédulos, se miraban y negaban con la cabeza. ¿Pero esto qué es? ¿No habíamos quedado en que hoy era una fiesta privada entre los dos? No con Jon. A Rahm no se le deja fuera de una pelea de este calibre así como así. Si hay que meter la cabeza entre dos gigantes, ahí está el de Barrika. La triada de birdies lo colocaba a un golpe de Spieth y Johnson. Espectacular.

Y aún se dejaba una nueva opción de birdie en el 14. Una buena oportunidad de unos cuatro metros. De las de Jon. De las que uno lo ve puesto y dice, lo va a meter. Era para empatar en el liderato y se le escapó. El putt hizo un regate inverosímil al agujero. Acto seguido, en el 15, pegaba el primer golpe malo del día y cometía bogey. Al mismo tiempo, Spieth y Johnson aprovechaban el 13, par 5, para hacer birdie. Se apagaba la traca. El baile volvía a ser un agarrado entre dos. Rahm se quedaba fuera de la ecuación de la victoria, pero después de regalar a todos una hora de golf delicioso.

Rahm había hecho lo que parecía imposible, lo que sólo está a la altura de colosos como él. Se había metido en la pelea entre el Número 1 y el Número 3, entre dos jugadores que están peleando por ganar el Jugador del Año. Era una machada y aunque duró poco tiempo, como tal hay que valorarla.

En el 17 volvía a cometer bogey. Busco el trapo con todo. Con lo que le daba la vida en ese momento. Y no estuvo tan lejos de ser un golpe de birdie. Clavó la distancia, pero salió un poco más por la derecha de lo que deseaba y acabó en un búnker imposible. La recuperación era terrorífica, sacada con la bandera corta y el green recibiendo cuesta abajo. Rahm (-9) no pudo salvar el par y perdía hasta la tercera posición. Sin embargo, un hoyo 18 de libro, con un putt estratosférico de birdie, le devolvía al podio empatado con Jhonattan Vegas, a cuatro golpes de Spieth y Johnson. Premio más que merecido. Otra tarde-noche atornillados al sillón por obra y gracia de este joven vizcaíno.

A partir del hoyo 13, el duelo por la victoria se convirtió realmente en un mano a mano. Jordan Spieth había flojeado. Una bola al agua en el 6 y un bogey en el 9 abrían la puerta al Número 1 del mundo. Y claro, Dustin Johnson no es de los que deja pasar regalos así. En cinco hoyos (del 6 al 10), Jordan pasó de tener cinco golpes de ventaja a estar empate. Las cosas de Spieth. Ese lado humano que lo hace tan grande. Los últimos nueve hoyos del torneo fueron un espectáculo deportivo de primer orden.

Todos los caminos llevaban a una victoria de Spieth. Primero en el hoyo 16. El texano tuvo una ocasión de birdie muy clara, de las que no suele dejar pasar. Era un putt de algo menos de dos metros, eso sí, con mucha caída de derecha a izquierda. A Spieth se le escapó por abajo. En el 17, también desde el búnker, como Rahm, salvó un par sensacional y en el 18 tuvo toda la ventaja a favor, pero fue entonces cuando Dustin Johnson se puso la capa de Número 1 del mundo.

Estaban los dos empatados antes de afrontar este durísimo par 4 y Dustin Johnson mandó su salida al rough de la derecha. Bola enterrada. Como sería el asunto que tuvo que renunciar al green y apenas pudo sacarla a la calle. Spieth, mientras, con una salida de libro, se dejó un putt largo de birdie desde el antegreen. Todo a favor del Número 3…

Pero Johnson pegó un tercer golpe muy bueno y sobre todo embocó un putt de par sublime, cuesta abajo, cayendo en la última vuelta, por la cocina, de unos cinco metros. Spieth no daba crédito. Pero si es así como yo ganó los torneos, debió decirse. Fue un desenlace increíble y hubo que salir al desempate. Ahí, Johnson cortó por la sano. Se inventó una línea desde el tee alucinante. Pasó por encima del agua, acortando completamente el dog-leg a la izquierda y dejándose un segundo tiro a green de unos 90 metros. Spieth, por el lado de los humanos, tenía unos 155 metros a la bandera. Había casi sesenta metros de diferencia entre ambos. Increíble.

Spieth pegó un gran golpe, pero aún debía embocar desde el antegreen a unos seis metros para birdie, y falló. Mientras, el Número 1 ejerció como tal. Se dejó el segundo tiro a un metro del hoyo y acabó con birdie. Era el colofón final a un espectáculo extraordinario. Ya lo había dicho él y ahora lo confirma. El Número 1 está de vuelta y se avecinan unos Playoffs de fábula, con él, Spieth y, por supuesto, Rahm, que a nadie se le ocurra dejarlo fuera de la fiesta.

Consulta aquí los resultados finales del The Northern Trust Open