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Spieth sale del top 50 mundial mientras lucha por recuperar su mejor nivel

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Jordan Spieth, en el The Open Championship © Cliff Hawkins/Getty Images
Jordan Spieth, en el The Open Championship © Cliff Hawkins/Getty Images

La enorme cantidad de medios de comunicación a los que tuvo que enfrentarse Jordan Spieth en el Travelers Championship el verano pasado no fue para nada sorprendente. Obviamente, como campeón anterior del torneo y ex número uno del mundo, la floreciente superestrella de 25 años despertaba un gran interés.

Sin embargo, en lugar de indagar sobre los recientes avances positivos de su juego o, por ejemplo, sobre su victoria en el Travelers Championship lograda un par de años antes, las preguntas tenían un trasfondo mucho más negativo, acorde a la compleja realidad por la que atraviesa.

«¿Qué crees que necesitas mejorar más en este momento?»

«¿Cómo sientes que está tu juego?»

Las cuestiones eran ciertamente válidas. Desde que ganó The Open Championship en 2017 –su decimoprimera victoria en el PGA TOUR y su tercer major, y todo antes de cumplir 24 años—Spieth parece haber perdido parte de la magia que lo convirtió en una sensación en el circuito. El texano, un profesional consumado, hizo gala de paciencia y elegancia en sus respuestas.

«Mi juego con los hierros y los wedge está … muy por debajo de mi estándar normal, y esto tiene que mejorar significativamente», dijo Spieth. «No estoy ni mucho menos cerca de dónde quiero estar. Tengo que recobrar un control significativo de la bola desde el tee hasta el green», añadió.

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A primera vista, los últimos 24 meses de Jordan Spieth en un campo de golf han sido sólidos. Ha terminado 12 veces entre los diez primeros y solo ha fallado ocho cortes. Pero la duodécima victoria en el TOUR le ha eludido desde que partió de Royal Birkdale y su posición en el ránking mundial ha tendido constantemente a la baja. Esta semana, por primera vez desde el PGA Championship de 2013, se he quedado fuera del top 50.

El texano con cara de niño hacía que las cosas parecieran tan fáciles cuando irrumpió por primera vez en el escenario del golf profesional en 2013, con una victoria dramática en el John Deere Classic. Su nivel de juego entró en una trayectoria ascedente desde entonces.

No obstante, la leyenda de Spieth comenzó mucho antes de que metiera un chip para forzar un desempate en el hoy 18 de TPC Deere Run en ese fatídico día de julio de 2013. Muchos recuerdan las imágenes con los momentos más destacados de su temporada de 2015. Y algunos incluso llegan a remontarse a su 63 del domingo para ganar el Open de Australia en 2014, su primera victoria como profesional.

Sin embargo, pocos conocen la dinámica temporada de Spieth durante su primer año en la Universidad de Texas. Un curso que culminó con el Campeonato Nacional para su equipo y un nivel de satisfacción con sus logros como amateur suficiente para que Spieth se hiciera profesional al final de ese año.

John Fields, el entrenador del equipo de golf masculino de la University of Texas, supo que Spieth tenía algo especial la primera vez que lo vio jugar como junior. «Sabía que quería que viniera a Texas», dijo Fields.

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El deseo de Fields se hizo realidad cuando Spieth se comprometió con el equipo de la Universidad de Texas el 6 de febrero de 2010. Esa decisión fue tan importante para Fields que aún recuerda los detalles exactos de la llamada telefónica de Spieth para confirmar su compromiso. «Fue histórico para nosotros», dijo Fields. «Sabía lo que significaba para nuestro programa», añadió.

Desde que entró al campus, la gente sabía que Spieth iba a ser especial. A pesar de ser un candidato muy deseado, su motivación y su pasión por el golf nunca decayeron. «Era un caso único en ese sentido», explicó Cathy Marino, la entrenadora del equipo de la escuela secundaria de Spieth, Dallas Jesuit. «Era capaz de hacerlo por su cuenta y estaba tan orgulloso de sus resultados. Nunca hubo un día en que quisiera tirar la toalla o no se preocupara inmensamente de su resultado», insistió.

Los Longhorns concluyeron el año con un decepcionante segundo puesto detrás de sus rivales estatales, Texas A&M, en el Big 12 Championship, pero su objetivo final del Campeonato Nacional todavía era posible. Otro segundo puesto en el torneo regional de la NCAA (Asociación Nacional de Deportes Universitarios) en Oklahoma les dio el pase al Campeonato de la NCAA en el Riviera Country Club.

Cuando Fields se dirigía a la casa club para organizar los emparejamientos del partido final en Riviera, Spieth le convenció para que lo pusiera con Justin Thomas si surgía la oportunidad. Aunque Thomas se había ganado los títulos de jugador nacional de año y mejor jugador de primer año, Spieth pensaba que lo tenía controlado.

La confianza de Spieth dio resultado. Mantuvo una ligera ventaja en el partido y se puso dos arriba frente a su rival después de 14 hoyos, pero Thomas le puso presión en el hoyo 15 con un ‘approach’ que dejó a tres metros del hoyo. Spieth se colocó con calma para ejecutar su golpe al green con un hierro 4 perfecto que aterrizó a la derecha del hoyo y corrió hasta meterse, con lo que aumentó su ventaja a tres y remató con una victoria de 3-2 en el siguiente hoyo.

«Ese golpe fue icónico para nosotros», dijo Fields.

Unos minutos después, Frittelli embocó un putt de birdie de diez metros en el hoyo 18 para lograr derrotar a Cory Whitsett y confirmar una emocionante victoria de 3-2 para los Longhorns. Spieth, Frittelli y compañía regresaron al Club de Golf de la Universidad de Texas con un trofeo de campeones nacionales por primera vez desde 1972.

Jordan Spieth, en el The Northern Trust © Cliff Hawkins/Getty Images
Jordan Spieth, en el The Northern Trust © Cliff Hawkins/Getty Images

El legado de Spieth se manifiesta por todo el campo de golf enclavado en las colinas occidentales de Austin. Hay una estatua de una vaca Longhorn detrás del green del hoyo 15 que preside el Lago Austin, y los logros profesionales de Spieth se exhiben con orgullo cerca de la entrada de la casa club. Un recorrido de seis hoyos par 3 que diseñó ha sido nombrado en su honor el Spieth Lower 40.

Mientras Spieth continúa buscando la escurridiza duodécima victoria en el PGA TOUR, sólo necesita retrotraerse a sus incontables éxitos universitarios como un presagio de lo que está por venir.

«Nunca vas a estar metido 24/7, ni siquiera Tiger Woods en su mejor momento estaba metido 24/7 y tuvo que ganar torneos con su mejor juego», dijo Spieth en el Open Championship del año pasado. «Cuando tenía su mejor juego, ganaba por ocho o nueve golpes. Se trata de compensar y estar posicionado en tu swing para poder ser un atleta con tus líneas. Atacar el campo de golf de la manera adecuada. Cuando no estás bien posicionado, hacer pares; y cuando lo estás, atacar. Estoy llegando a ese punto. Está llegando ese momento».