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Jordan Spieth conquista en Pebble Beach su novena victoria en el PGA Tour y Jon Rahm acaba quinto

Spieth y Rahm hacen que parezca fácil

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Jordan Spieth (-19) confirmó todos los pronósticos y se llevó la victoria en el AT&T Pebble Beach Pro Am sin grandes apuros. Un colchón de seis golpes en manos de un jugador que tiene semejante poderío con el putter y alrededor de green es letal. Spieth ganó fácil. O al menos, así lo pareció. Puso el piloto automático, cogió calles y greenes y sin necesidad de hacer nada del otro mundo, más allá de jugar ordenado, cosechó la novena victoria de su carrera en el PGA Tour.

Spieth eligió la mejor manera posible de celebrar su torneo centenario en el circuito americano. Un aniversario por todo lo alto. Un número redondo y una victoria redonda. El dato no debe ser pasado por alto. Cien torneos, nueve victorias. O lo que es lo mismo, Spieth gana un diez por ciento de los torneos que juega en el PGA Tour. No está mal…

Si fácil pareció el triunfo del joven texano, no menos fácil pareció el quinto puesto cosechado por Jon Rahm (-12). El jugador español no deja de sorprender. Cuando parece que ya lo ha hecho todo, tiene esa capacidad de dar un giro de tuerca más. Hoy empezó con birdie en el 1 y una gran ocasión que se le escapó en el dos (menos de dos metros). Al hoyo siguiente cometía doble bogey. Doloroso.

Sus remotas opciones de generar algo de zozobra a Spieth se desvanecían, pero en lugar de dejarse llevar, siguió luchando por acabar lo más arriba posible. Cada golpe cuenta. Así juega él. No volvió a cometer ningún error y amarró cuatro birdies más, sin necesidad de aprovechar ninguno de los tres primeros pares 5. Una vez más, Rahm lo hace fácil. Miras su golf y da la sensación de que si hoy hubiera hecho tres o cuatro menos de los 68 que entregó, tampoco habría pasado nada.

Tiene una chistera llena de recursos. Apenas sufre y cuando parece estar en algún problema, se inventa un globo de fábula como en el 18 para sellar un fabuloso birdie final. Rahm ha terminado empatado con Jason Day, Número 1 del mundo. Es su sitio. No cabe ninguna duda.

Tendrán que llegar vacas flacas, porque así lo dice la historia y la más pura estadística, pero a día de hoy se hace muy difícil no pensar en Rahm peleando una semana sí y otra también por la victoria o, como mínimo, el top ten. Es una maza, como acertadamente dice su perfil de Twitter.

Rahm ha dejado su tarjeta de visita en uno de los santuarios mundiales del golf, el campo más emblemático de Estados Unidos. Nada le impresiona. Al revés, lo asume como reto y, normalmente, gana el duelo. Así es. Se divierte. Lo disfruta.

Tras el triunfo en el Farmers Insurance Open y su magnífico inicio de 2017, ha decidido hacer un cambio en su calendario. No jugará la próxima semana el Genesis Open. Sería su quinto torneo consecutivo de golf y si algo tiene claro Jon es que, mientras se lo pueda permitir, no va a sobrecargar el calendario. ¿Por qué parar en Riviera y no en Pebble Beach? Pues por la historia del campo y porque esta semana tenía una cita muy especial con el presidente de Taylormade, su compañero amateur durante el torneo.

Spieth venció finalmente con cuatro golpes de ventaja sobre Kelly Kraft (-15), feliz con su segundo puesto ya que es lo mejor que ha hecho en su carrera en el PGA Tour, y cinco sobre Dustin Johnson. Brandt Snedeker acabó cuarto y junto a Rahm finalizaron empatados Woodland y Day. Los tres mejores jugadores del torneo según el ranking mundial (Day, Johnson y Spieth) acabaron en el top 5. Y Jon Rahm, entre ellos. Pebble Beach y Jon pueden estar orgullosos. Spieth se convierte en el segundo jugador más joven que llega a nueve victorias en el PGA Tour desde la Segunda Guerra Mundial. El primero, obviamente, es Tiger Woods, aunque la diferencia entre ambos es de apenas un mes. Además, se convierte en el jugador más joven de la historia en ganar cinco veces por tres o más golpes. Consulta aquí los resultados finales del torneo.