Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Tiger aporta una posible solución al problema de la distancia

Tiger aporta una posible solución al problema de la distancia

Compartir
Tiger Woods, en el Genesis de 2019. © Golffile | Phil Inglis
Tiger Woods, en el Genesis de 2019. © Golffile | Phil Inglis

Durante su comparecencia ante los medios de comunicación en el Riviera Country Club de Pacific Palisades, California, donde este jueves arranca una nueva edición del Genesis Invitational, Tiger Woods entró de lleno en un debate abierto sobre la conveniencia o no de diferenciar las reglas entre profesionales y amateurs con motivo del aumento de las distancias.

En concreto, a Tiger le pidieron una valoración del informe publicado la semana pasada por la USGA y The R&A en el que se indicaba que el aumento de las distancias se ha vuelto «perjudicial para el juego». Un aspecto en el que Woods, con casi tres décadas en el circuito, puede hablar con conocimiento de causa.

Tanto es así que Tiger recordó que en su primera victoria en el PGA Tour, en 1996, el rival al que tuvo que enfrentarse en el playoff, Davis Love III, estaba usando un driver de persimón. Pero los informes van más allá de un paso atrás en los equipamientos y plantean otras alternativas, como diferenciar las reglas con las que juegan los profesionales y los amateurs.

Tiger habla del nuevo circuito mundial y el PGA Tour ya puede temblar

«Es algo que está sobre la mesa, lleguemos a diferenciarnos o no. Realmente, sólo el 1% de hombres y mujeres que juegan al golf van a utilizar equipamientos de este tipo. Pero queremos que el juego sea agradable para todos, tener más niños que quieran venir a jugar. Así que parte del debate está en si diferenciamos las reglas o no. Aunque no creo que sea algo que se vaya a resolver a corto plazo», dijo Tiger.

A sus 44 años, y en su doble papel de jugador y diseñador de campos, con varios ya en funcionamiento y otros tantos en desarrollo, Tiger vive con cierta inquietud el problema del aumento de distancias. «Nos estamos quedando sin terrenos para poder diseñar campos de golf que ahora mismo están entre las 7.800 y las 8.000 yardas, es complicado».

«Pero además de eso, queremos que el juego siga siendo agradable y que haya más participación. Tener cabezas más grandes, palos más que perdonan más el error y disfrutar del juego. Así que hace falta un equilibrio muy delicado para mantener el juego, asumiendo que los jugadores han cambiado con el paso de los años», sentenció Woods.