En su noveno hoyo del día, el 18 del campo norte de Torrey Pines, Tiger Woods vivió un momento muy delicado. Su bola se quedó completamente incrustada en la arena del búnker de green y aunque logró sacarla como buenamente pudo, terminó firmando un doble bogey que ponía en peligro su presencia durante el fin de semana en el Farmers Insurance Open.
Pero el californiano, en su primer torneo del año, se esmeró al máximo por darle la vuelta a la situación en la segunda mitad del campo y con dos birdies consecutivos, en los hoyos 3 y 4, terminó entregando una tarjeta de 70 golpes para ponerse cuatro abajo y superar el corte. Un motivo de satisfacción pese a haberse dejado por el camino varios putts de birdie bastante claros.
Golf is hard.
A plugged lie leads to double bogey for Tiger Woods.
He’s now 1 outside the projected cut. #QuickHits pic.twitter.com/LWboM5uEE7
— PGA TOUR (@PGATOUR) 25 de enero de 2019
«De tee a green estuve bien, con algún pequeño error sin trascendencia, pero el putter no me ha funcionado como quería», reconoció Tiger tras completar su ronda. «Creo sinceramente que estoy haciéndolo bien, estoy pateando bien, así que si sigo así seguro que empiezan a entrar y no se pasan por el borde como me pasó hoy», añadió.
Woods, con su capitanía de la Presidents Cup de este año en el subconsciente, aprovechó también para valorar cómo habían sido estos dos primeros días de torneo compartiendo partidos con Tony Finau y Xander Schauffele: «A Finau lo conocía de la Ryder, de Paris. A Xander no tanto, pero seguro que como capitán tendré la oportunidad de conocerle más, pediré que me pongan con él en más torneos para ir conociéndole mejor».
