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Tiger Woods ingresa en el Salón de la Fama del Golf Mundial

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Tiger Woods, con su hija Sam © PGA Tour
Tiger Woods, con su hija Sam © PGA Tour

La sede corporativa del PGA Tour en Ponte Vedra Beach, Florida, en la previa de una nueva edición del THE PLAYERS Championship, ha albergado esta tarde, madrugada en España, la ceremonia de ingreso de nuevos miembros en el Salón de la Fama del Golf Mundial. Una cita muy especial que ha contado con un indiscutible protagonista: Tiger Woods.

El golfista californiano, ganador de 15 majors, ha ingresado en este salón de leyendas del golf junto a Susie Maxwell Berning, Tim Finchem y, a título póstumo, Marion Hollins. Un reconocimiento cuádruple que eleva a 164 el número de miembros de este Salón de la Fama del Golf Mundial en el que la historia tenía un sitio de privilegio reservado para Tiger Woods.

Además de honrar a sus nuevos cuatro miembros, la ceremonia ha servido para reconocer a Dick Ferris y Peter Ueberroth como ganadores de un premio a su trayectoria por su contribución al deporte. Además, Renee Powell ha sido reconocida por si espíritu de avance en la diversidad del golf como ganadora del Premior Charlie Sifford, presentado por Southern Company.

Tiger Woods, con su familia en la ceremonia
Tiger Woods, con su familia en la ceremonia

Las ceremonias previas se habían llevado a cabo en California (2019), Nueva York (2017) y Escocia (2015). Pero esta noche ha sido Florida la que ha disfrutado de una noche mágica, repleta de discursos emotivos, como el que Sam Alexis Woods, hija de Tiger de 14 años de edad, ha pronunciado para dar la bienvenida a su padre al club más selecto del mundo del golf. Un Woods que fue protagonista también en el resto de alegatos.

Comenzando por el de Susie Maxwell Berning, ganadora de cuatro majors entre 1965 y 1973, que ha logrado arrancar una carcajada al Tigre con dos frases. «Tiger, sé que es difícil de creer por lo joven que soy (en realidad tiene 80 años), pero yo gané mis majors antes de que tú nacieras», comenzó diciendo. «Gané 16.000 dólares por los cuatro torneos. Me pregunto si aceptarías que intercambiáramos nuestros cheques…», finalizó entre risas.

Tras una larga y emotiva alocución del comisionado del PGA Tour, Jay Monahan, en la que recordó alguno de los icónicos golpes de Tiger, llegó el momento de reconocer a Marion Hollins, fallecida en 1944 a los 51 años de edad, después de convertirse en la primera mujer en diseñar campos de golf y de convertirse en campeona del US Women’s Amateur y capitán en la Curtis Cup.

Fue, sin duda, un momento de agradecimiento a una figura relevante en la historia del golf femenino aderezada, durante toda la ceremonia con la intervención en vídeos grabados por parte de grandes leyendas de otras disciplinas deportivas como el nadador Michael Phelps, los jugadores de fútbol americano Jerry Rice, y Tom Brady o la tenista Serena Williams.

Imagen de Marion Hollins mostrada en la ceremonia
Imagen de Marion Hollins mostrada en la ceremonia

La carrera de Tim Finchem, tercero de los galardonados entrando a formar parte del Salón de la Fama del Golf Mundial, transcurrió de manera paralela a la de Tiger. Fue el tercer comisionado del PGA Tour, cuya contribución como administrador y líder, se ve ahora reconocida. Y aunque muchos se preguntan si los no deportistas deben formar parte de este selecto club, lo cierto es que Finchem no es el primero, en él están ya Deane Beman, Sir Michael Bonallack, William Campbell, Joe Dey, Judy Bell, Clifford Roberts, Billy Payne y Ken Schofield. Y además fue un jugador el encargado de presentarle, Davis Love III.

El golfista de Carolina del Norte no fue el único jugador del PGA Tour presente en la ceremonia. Además de Tiger, que estuvo acompañado por su familia, jugadores como Justin Thomas, Jordan Spieth, Tony Finau, Bubba Watson, Keegan Bradley, Zach Johnson, Billy Horschel, Tom Hoge o Mackenzie Hughes no quisieron perderse este acto y acompañaron a los nuevos miembros del Salón.

Tim Finchem, recibiendo el reconocimiento
Tim Finchem, recibiendo el reconocimiento

El momento cumbre de la ceremonia, al final

Después de honrar al resto de nuevos miembros, llegó el esperado turno para Tiger Woods. Su hija Sam fue la encargada de darle la bienvenida al Salón de la Fama del Golf Mundial poco más de un año después del gravísimo accidente de tráfico que le ha vuelto a impedir hasta le fecha jugar al golf competitivo.

Sam recordó la historia de cómo su padre falló un putt que le habría permitido jugar un playoff para poder salir corriendo al hospital, todavía vestido con su habitual indumentaria de los domingos, con camiseta roja y pantalón negro, para ver a su mujer dar a luz a su hija. «Puede que perdieras ese día, pero ganaste el regalo más grande de todos…».

También tuvo tiempo Sam Alexis Woods para preguntarse «cómo es posible que ese tipo que va vestido de Batman a la Comic-Con fuera uno de los mejores golfistas de la historia», provocando, cómo no, las risas de su orgulloso padre. Alegría que se transformó en emoción cuando recordó su accidente: «No sabíamos si volverías a casa con las dos piernas o no. Pero sí sabíamos que eres un luchador y que siempre has desafiado a lo imposible. Por eso te mereces esto».

Abrazado a su hija al recoger la placa que le reconoce como nuevo miembro del Salón de la Fama del Golf Mundial, Tiger no pudo contener las lágrimas. Una emoción que superó con una frase con la que sacó una sonrisa a todos los presentes: «Acabo de perder una apuesta con Stricker, dije que no lloraría». Y con su sobrada capacidad para controlar sus sentimientos, el californiano aparcó por momentos la emotividad para contar su historia y sus difíciles comienzos por el color de su piel.

«Mi padre me decía que como jugador negro tendría que ser el doble de bueno para poder tener la mitad de oportunidades», recordó el ganador de 15 majors. Y él mismo pudo comprobarlo cuando le negaron la entrada en la Casa Club en los torneos en los que participaba por ser negro. Pero también recordó su reacción en ese momento. «Me puse los zapatos en el parking y sólo hice dos preguntas: ¿Dónde está el tee del 1? ¿Cuál es el récord del campo?».

Tiger no pudo contener de nuevo las lágrimas al hablar de cómo sus padres tuvieron que pedir una segunda hipoteca para que él pudiera seguir jugando al golf cuando era adolescente. Sus buenos resultados le permitieron llamar la atención de marcas como Nike y Titletist, con las que firmó acuerdos cuyos primeros ingresos destinó a pagar las hipotecas de sus padres. Sin duda, el que posiblemente haya sido el discurso más emotivo de toda una leyenda del golf en toda su carrera.