Hasta los mejores pateadores del mundo atraviesan sus crisis. La historia reciente de Brandt Snekeder es un buen ejemplo. El campeón de la FedEX Cup y ex top ten mundial lleva tiempo metido en un largo y oscuro túnel. Hace muchos meses que ni siquiera ronda la victoria. Su último top 3 fue la victoria en el RBC Canadian Open en 2013. Estos resultados le han hecho salirse claramente del top 50. Es decir, ahora mismo está fuera del WGC Cadillac Championship y del Masters. Palabras mayores para el golfista de Tennessee.
Snedeker señaló a su putter como uno de los principales culpables de esta mala racha. Sí, su putter, posiblemente uno de los más afilados y calientes del mundo. «Hay veces que pasan estas cosas. El putt me ha dado mucho, pero no sé por qué extraña razón se enfrío. No me salían las cosas como yo quería, así que decidí darle un tirón de orejas. Lo guardé y no lo he vuelto a sacar hasta hace poco. Hay que hacer estas cosas de vez en cuando para que no se confíen», explicaba entre risas.
La medida le ha salido realmente bien, al menos por ahora. Snedeker se ha colocado líder en el AT&T Pebble Beach National Pro Am después de firmar una vuelta de 67 golpes en Spyglass. De momento, comparte la primera posición con el australiano Matt Jones, mientras que Justin Hicks está a un golpe y nada menos que diez jugadores se encuentran a dos.
La vuelta del día, y la hazaña, corrió a cargo de Jason Day. El australiano estaba pensando seriamente retirarse media hora antes de empezar la vuelta. Un virus lo tenía prácticamente descompuesto y no se veía con energías para jugar 18 hoyos. Sin embargo, aguantó como pudo, empezó a jugar y acabó firmando la vuelta del día con 62 golpes en Monterrey.
