Tom Kim ha sido uno de los primeros protagonistas del PGA Tour en el año 2023. Se trata de una de las sensaciones del golf mundial. Nadie lo duda después de su actuación en la Presidents Cup, sus dos victorias en el circuito americano (Wyndham y Shrinners Open) y su carácter extrovertido y agitador. Vibra con el golf y los aficionados vibran con él.
Las expectativas están disparadas con el surcoreano de 20 años. Hay incluso quien lo considera favorito para ganar algún Grande. Por eso, había mucho interés en saber cómo afrontar la nueva temporada, la primera completa con tarjeta del PGA Tour y en la que podrá participar en todos los torneos que quiera.
En este sentido, se le ha preguntado en Hawái por cuál es el torneo al que le tiene más ganas este año. Sin duda, le va la marcha. Si les diéramos cinco minutos para pensar, estamos convencidos de que acabarían acertado la respuesta. Efectivamente, no se trata del Masters ni del Open Championship. El torneo que está deseando jugar es el Phoenix Open. No hace falta que les expliquemos por qué…
Obviamente, tiene que ver con el ambiente que se vive en el TPC Scottsdale de Arizona durante esa semana y, especialmente, el ruido y la animación que existe en ese ya mítico estadio del par 3 del hoyo 16, el mismo que el año pasado se llenó de latas de cerveza después de un hoyo en uno.
Locura absoluta en el hoyo 16 con el hoyo en uno de Sam Ryder
Por otro lado, Kim admitió que está como un niño con zapatos nuevos con el Masters de Augusta. Tanta ansiedad tiene por jugar en el coliseo de Georgia que está buscando un plan para ir antes del mes de abril. «Estoy viendo mi calendario para cuadrar una semana y jugar allí antes de que llegue. Necesito habituarme a ese lugar para que las ganas no me jueguen una mala pasada durante el torneo. Quiero estar centrado sólo y exclusivamente en la competición durante esos días», señaló.
Por último, el golfista que igualó el récord de Tiger Woods, de ganar dos veces en el PGA Tour antes de los 21 años, confesó que ha establecido su residencia en Dallas y ha empezado a trabajar con el entrenador de toda la vida de Jordan Spieth, Cameron McCormick. «La decisión de ir a Dallas la tomé después de una charla en un torneo con Scottie Scheffler. Me habló muy bien de allí, está en el centro de Estados Unidos, con buen tiempo y muchos campos espectaculares para entrenar», apuntó. También matizó jocoso: «espero que Jordan, con el que juego este jueves, no se enfade por lo de su entrenador».