La primera jornada del Memorial ha finalizado con un brillante líder en solitario, Tony Finau (-6), y sólo 24 jugadores por debajo del par. Por tanto, el Muirfield Village Golf Club, santuario de Jack Nicklaus, se ha revelado como el fiero oponente que se esperaba, teniendo en cuenta estos resultados y que allí se ha dado cita la plana mayor del golf mundial.
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Con unos greenes mucho más firmes que los de la semana pasada en este mismo campo, hay que jugar muy bien y, además, tener esa pizca necesaria de suerte para salir victorioso de la pelea contra el recorrido de Dublin (Ohio), sobre todo si sopla el viento como lo ha hecho este jueves. No era un huracán, pero hacía el daño suficiente como para empujar más bolas de la cuenta a un rough temible.
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Según el dicho, sobre gustos no hay nada escrito. Pero si hubiera que ponerse de un lado u otro en el debate, el arriba firmante se situaría junto a quienes han disfrutado hoy, en esta primera jornada, mucho más que en semanas anteriores, con aquellas clasificaciones fanfarronas y presuntuosas, reventadas de birdies, eagles y tarjetones.
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Vayamos primero con un dato revelador. El resultado de -2 ha quedado situado después de la primera ronda en un notable octavo puesto. Dentro del top ten, vaya. Pues bien, en el Charles Schwab Challenge, el torneo que reactivaba la competición en el PGA Tour tras el largo parón pandémico, este -2 se situaba en el puesto 40º tras la primera jornada. En el Heritage, siguiente parada, lo hacía en el puesto 45º; en el Travelers se iba hasta el puesto 58º; en el Rocket Mortgage se quedaba incluso fuera del corte provisional después de 18 hoyos, en el puesto 68º; y en el Workday, la semana pasada, se iba hasta el puesto 36º. Podríamos estar todos de acuerdo en que el birdie es al golf lo que el gol al fútbol o la canasta al baloncesto, pero seguro que también podríamos estarlo en que resulta más meritorio golear o vencer a un ‘equipo’ que no pulule por la zona baja de la categoría, o incluso en una división inferior…
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Dicho de otro modo: el birdie es en sí mismo motivo de celebración y hasta regocijo, pero su ejecución cobra mayor relevancia -y hasta belleza- cuanto más exigente resulta obtenerlo y mantenerlo. Es una manera de ver la cosas, claro está.
Tiger Woods (-1), según este punto de vista, ha rematado un regreso muy satisfactorio. Comenzaba como un tiro, con dos birdies en sus tres primeros hoyos, y aunque luego se quedaba algo parado y pagaba caro sus dos primeros errores desde el tee, en realidad ha transmitido buenas sensaciones. Su golf parece listo para dar la cara y andar metido en la pomada hasta el final. De igual modo hay que pronunciarse, pero todavía con más razones si atendemos resultado, en los casos de Jon Rahm (-3) y Rory McIlroy (-2). Ahí hay una bonita y soterrada pugna por el cetro mundial…
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El español, igual que hiciera el pasado domingo en este mismo campo, ha aprovechado al máximo los pares 5 del recorrido (parcial de -4 en estos hoyos), que es lo que la hoja de ruta de los campeones marca en cualquier campo, pero mucho más en Muirfield Village (que se lo digan a Tiger, cinco veces ganador del Memorial).
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the Memorial Tournament: los mejores golpes de la primera ronda
