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Un brillante elogio a la paciencia

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Jon Rahm, hoy en el hoyo 16 del TPC Scottsdale.
Jon Rahm, hoy en el hoyo 16 del TPC Scottsdale.

La primera vuelta de Jon Rahm en el Waste Management Phoenix Open arrancó por peligrosos vericuetos. El asunto no pintaba bien. Tortuoso. Áspero. Comenzó por el hoyo 10 y se le escapó el birdie en los dos primeros pares 5. Mala señal.

Acto seguido sí conseguía restarle un golpe al campo en el 16 con la cinta de Rahmbo ajustada a la cabeza. Sí señor, ese golpe y ese putt parecían el cambio de dinámica que necesitaba la vuelta. Subidón de autoestima, rugido del respetable y a volar… Pero no fue así.

En el 17, un par 4 corto donde los jugadores piensan en birdie, se marcha al agua de segundo y salva de manera maravillosa el bogey. Paso atrás. Sigue al par y van pasando los hoyos. Toca masticar un poco de arena y seguir adelante.

Pasa el 18 y el 1 al par y llegar otro palo en el hoyo 2. Pega un tirazo desde la calle, pero con tan mala suerte que su bola al aterrizar pega a la de Xander Schauffele, que habia tirado antes, y se queda en green pero a diez metros de la bandera. De no tocar en la bola de su compañero, se habría quedado muy cerca de hoyo, con el birdie casi hecho. Otra vueltecita de tuerca a las reservas de paciencia. Par y a seguir.

VÍDEO: Jon y la definición de mala suerte en un golpe…

A partir de ahí comienza a recoger los frutos del excelente elogio a la paciencia que ha interpretado hoy en el TPC Scottsdale. Jon ha tragado quina, y mucho más si tenemos en cuenta que venía de firmar en el Farmers el que probablemente ha sido el peor fin de semana de su carrera. Era muy fácil perder los nervios y dejarse comer por la ansiedad clamando contra la mala suerte y los fantasmas. Pero Jon, ya sabemos, aprende rápido… Devora.

En el hoyo 3 caía un soberbio eagle tras embocar un putt de seis metros, otro birdie en el 5 con un sensacional putt de diez metros y un birdie más en el 18 tras pegar un gran golpe desde la calle y embocar de nuevo desde unos tres metros. Parcial de cuatro menos en siete hoyos y giro radical a la vuelta. Lo que se iba esbozando como una ronda sosa, atascada y difícil de digerir, se acabó convirtiendo en un cuadro más que resultón.

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Rahm (-4) ha firmado una tarjeta de 67 golpes y se ha colocado séptimo, a tres impactos del liderato en Phoenix, que ocupa en solitario Bill Haas (-7). En la segunda plaza compartida están, entre otros, Rickie Fowler o Bryson DeChambeau. No había mejor manera de hacer borrón y cuenta nueva con el Farmers. Otra lección asimilada en tiempo récord. Y otra demostración de que estamos ante un jugador que en un visto y no visto te puede dar la vuelta a una jornada como a un calcetín. Da igual que esté en la parte más difícil del campo o la más fácil. Es poderío.