Justin Rose (–10) redimió su pifia del Travelers de la semana pasada y se adjudicó el AT&T National de Filadelfia…
En esta ocasión también anduvo flojo en los segundos nueve, pero esta vez no le costó el torneo. “Sabía que como no había conseguido cerrar el torneo la semana pasada, era importante para mi hacerlo hoy”, confesaba aliviado Rose. “Pero te digo una cosa: nunca es fácil liquidar estos torneos”.
Ryan Moore, segundo con –9, cerró su ronda con dos birdies en sus tres últimos hoyos y obligó Rose a trabajar hasta el final. “Justin ha jugado hoy un buen golf muy sólido”, señalaba Moore. “Yo hice todo lo posible para que tuviera que pensárselo, y al final jugó mejor”.
Rose terminó sus primeros nueve con un eagle que parecía poner su torneo fuera de peligro, pero el Aronimink estaba muy rápido y dos bogeys consecutivos le devolvieron a la cruda realidad. “Este ha sido mi U.S. Open, tal y como estaba el campo”, comentaba Rose ya campeón.
Ayer, 4 de julio, día de la independencia norteamericana de la corona inglesa, muchos de los asistentes al torneo hicieron un feo al campeón inglés. Cuando Tiger Woods (+4) terminó su ronda con una tarjeta de uno sobre par, el personal empezó a desfilar hacia los estacionamientos y dejó el campo con media entrada… con el torneo todavía en el aire y con Ryan Moore y Jeff Overton (tercero con –8) en el ajo.
Claro que el torneo de Filadelfia, cuyo trofeo representa la Campana de la Libertad, símbolo de la independencia de la nación, acabó con seis jugadores no norteamericanos entre los diez primeros… y un campeón inglés. Y eso, a lo mejor, le dolió a más de uno.
