Día durísimo en Atlanta. Los cuatro mejores jugadores del mundo, que compartían los dos últimos partidos del día, se las han visto y se las han deseado para salir indemnes de las trampas del East Lake Golf Club y mantenerse vivos en la pelea por la victoria en el TOUR Championship y la FedEx Cup. Una situación que el surcoreano Sungjae Im (-12), con un vueltón de 64 golpes, la mejor del sábado, ha aprovechado para ponerse segundo en solitario, a un solo golpe del líder, Dustin Johnson (-13).
Xander Schauffele (-11), Collin Morikawa (-9) o Tyrrell Hatton (-9) también se han sumado a la fiesta, abriendo el abanico de candidatos al triunfo y transformando el torneo por completo. Del esperado mano a mano entre el Número 1 y el Número 2 del ranking mundial se ha pasado a un auténtico tumulto: hasta siete jugadores separados por apenas cuatro golpes en lo más alto de la clasificación.
Para Jon Rahm (-9), que partía colíder, fue un día para olvidar. Si ayer logró sobrevivir a su mal juego desde el tee, con apenas tres calles de catorce, hoy, sin que su mejoría con el driver, que la tuvo, fuera especialmente brillante, el problema estuvo en los hierros, con los que le faltó precisión para fabricarse buenas opciones de birdie. Y también en el putter, dejándose por el camino alguna buena opción de birdie, como en el 10, o atascándose en el 11 con un doloroso tripateo.
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Su tiro al agua desde el tee en el par tres del hoyo 15, con una bola que abrió más de lo que pretendía y fue perdiendo la trayectoria, fue la puntilla de un día atravesado. Acabó con un doble bogey que disparó por momentos su ansiedad. Mal asunto en un campo como éste, que con un rough tremendo se defiende como pocos. Y en ese intento por recuperar contra el reloj, terminó complicándose aún más las cosas…
Otro bogey en el 16, después de dejar su bola casi injugable en la pinaza con un tiro muy abierto desde el tee, y un cúmulo de fallos en el 18, atascado en los búnkers después de fallar la calle, le obligarán a volver a empezar este domingo si quiere llegar a la ronda final del lunes con opciones serias de pelear por todo. Día para olvidar, aunque con una buena noticia: su gran triunfo de la semana pasada en el BMW Championship le dio el colchón necesario para permitirse un mal día en Atlanta y seguir metido de lleno en la pelea, como lo está.
The cruelest of cruel. pic.twitter.com/pTiovxMpe3
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El líder, Dustin Johnson (-13), tampoco se puede decir que mostrara su mejor versión en el East Lake Golf Club. Sufrió muchísimo con el driver (un 14% de calles), no estuvo especialmente preciso con los hierros (61% de greenes en regulación). pero se aferró al primer puesto con dos o tres genialidades de las suyas, como el larguísimo putt de birdie del hoyo 3, desde más de 11 metros, el birdie chipeando desde fuera de green en el 8 o el birdie en el 18, donde llegó a tener incluso putt para eagle. El putt a Dustin Johnson, sin ser un espectáculo, sí le ayudó.
Dos bogeys en la segunda mitad del campo, en el 12 y el 15, y una tremenda corbata en su putt de birdie del 14 evitaron que el de Carolina del Sur abriera distancias en la clasificación, lo que habría sido prácticamente letal para sus rivales en la lucha por la FedEx Cup… y para el torneo. Una pelea en la que se mantienen Justin Thomas (-10) y Rory McIlroy (-8), pese a las complicaciones que se encontraron para cerrar su ronda (el norirlandés protagonizó la pifia del día en el 18). Eso sí, tras desaprovechar una oportunidad de oro en un mal día de Jon y DJ… algo que pocas veces ocurre.
The rough at East Lake is no joke.
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