Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Un tímido choque de puños en el hoyo 9 y pare usted...

Un tímido choque de puños en el hoyo 9 y pare usted de contar…

Compartir
Phil Mickelson, en Colonial. (Photo by Tom Pennington/Getty Images)

Dustin Johnson es el último jugador en completar la vuelta en su partido este jueves en el Charles Schwab Challenge. Juega con Bryson DeChambeau y Justin Rose. Es el partido estelar de la mañana. El golfista de Carolina del Sur emboca su bola para par en el hoyo 9 (habían arrancado por el 10) y comienza la confusión.

No sabe si quitarse la gorra o dejársela, alarga la mano como para estrecharla a Rose, pero se queda a medio camino, la recoge, mira a DeChambeau, y ahora qué, se preguntan con la mirada… Nadie parece tener el manual de cómo rematar una jornada de golf oficial en época de coronavirus. Todo termina con un tímido choque de puños entre los jugadores y alguna sonrisa. Poco más.

El PGA Tour guarda un minuto de silencio en memoria de George Floyd

Esta escena, más o menos divertida, es lo único que realmente se ha visto diferente esta mañana en Colonial, al menos en el golf que han mostrado las imágenes de PGA Tour Live, que ha hecho un seguimiento de los dos mejores partidos del turno matutino, el ya citado y el formado por Phil Mickelson, Kevin Na y Gary Woodland. Respecto al resto, todo absolutamente normal. Como si estuviéramos viendo un torneo del pasado mes de febrero, pero sin público.

La relación entre los caddies y los jugadores no ha cambiado nada. Ni distanciamiento social, ni mascarillas, ni exclusividad para coger los palos, cero cuidado con las banderas o los rastrillos de los búnkers, la misma manera de limpiar las bolas de siempre… Incluso, Woodland y su caddie se han pasado el libro de lectura de greenes con toda normalidad.

Un estudio ‘pseudocientífico’ para saber a quién puede beneficiar más el parón

Caddie y jugador han estado juntos cada vez que lo han necesitado. No se han separado dos metros para comentar la preparación de los golpes ni cuando ha tocado mirar caídas en los greenes. Se han dado y devuelto los palos a la manera habitual y los caddies se han ido entregando la bandera según a quien le tocaba el turno para patear. Ha sido un comportamiento normal de cualquier torneo fuera de la época del coronavirus. Lo único diferente es que no han celebrado los buenos golpes estrechando manos, golpeando puños o dando palmadas. Nada más. Como decimos, así ha ocurrido en los dos partidos que se han visto por televisión, no sabemos que ha pasado en el resto del campo, aunque precisamente porque se emitía en directo es donde el PGA Tour habría tenido más cuidado.

Ampliamos la promoción del 40 por ciento de descuento para la suscripción de Ten Golf

La conclusión de lo que hemos visto hoy es que el PGA Tour, los jugadores y los caddies tienen muy claro que la protección contra el posible contagio del COVID-19 se ha hecho previamente mediante los controles, los formularios diarios que deben rellenar y la toma de temperaturas. Con toda esa prevención se da por hecho que jugadores y caddies están sanos, sin virus y se puede comportar de una manera normal. Al fin y al cabo, carece de toda lógica que se permitan ya deportes de contacto como el fútbol o el baloncesto (que está a la vuelta de la esquina) y, sin embargo, se vayan a poner estupendos a la hora de quién toca una bandera o agarra un rastrillo.

La ausencia de público no ha afectado a los resultados

Lo que sí ha sido diferente es el ambiente. La ausencia de público resta emoción al golf en directo. Es inapelable. Se vibra menos. Los golpes buenos son un ‘poco peores’ que cuando hay mil personas rodeando un green o ante una grada repleta. Eso sí, el buen golf no se ha resentido. De hecho, se han visto resultados realmente bajos. Cero óxido en esos palos. Como si no hubieran pasado 91 días sin golf de competición oficial…

Consulta aquí los resultados en vivo