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Una fea polémica de 3.000 dólares para el líder del Sony Open

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Matt Kuchar se abraza a David Giral Ortiz tras ganar el Mayakoba Golf Classic. © PGA Tour
Matt Kuchar se abraza a David Giral Ortiz tras ganar el Mayakoba Golf Classic. © PGA Tour

Matt Kuchar tuvo que responder ayer a una pregunta de lo más incómoda al acabar la tercera ronda del Sony Open. El líder del torneo se ha visto envuelto en una agria polémica con motivo de una fea acusación por parte de Tom Gillis, veterano profesional del PGA Tour.

Gillis publicó en las redes sociales el siguiente tuit:

Como ven, acusa a Kuchar de pagar “sólo” tres mil dólares al caddie mexicano que contrató para jugar el Mayakoba Golf Classic el pasado mes de noviembre de 2018, torneo que supuso la primera victoria de ‘Mr. Sonrisas’ después de cuatro años y por el que se embolsó un cheque de 1.296.000 dólares.

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Kuchar ‘fichó’ a David Giral Ortiz, apodado El Tucán y coordinador de los caddies del club de golf Mayakoba, por consejo del director del torneo Joe Mazzeo. El Tucán ya había sido el año anterior el caddie de Alex Cejka y acabó en el top ten.

Ante la acusación de Gillis, Kuchar fue tajante: “No hay nada que comentar, no hay ninguna historia aquí, ni le pagué 3.000 dólares ni fue el 10 por ciento del cheque. No hay más que hablar”, asegura.

“No hay nada que comentar, no hay ninguna historia aquí, ni le pagué 3.000 dólares ni fue el 10 por ciento del cheque»

Cuando habla del diez por ciento es porque se trata de un acuerdo común entre los jugadores y sus caddies habituales, aunque realmente después cada uno negocia de manera particular y hay acuerdos de todo tipo y condición. En cualquier caso, ese diez por ciento, si fuera el acuerdo, se suele acordar con tu caddie habitual y no con uno que puntualmente se contrata una semana.

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El caddie habitual de Kuchar, John Wood, no pudo acompañarlo esa semana, ya que el jugador entró a última hora en el torneo de Mayakoba y Wood ya tenía otra cita ineludible para esa semana. En cualquier caso, una polémica desagradable y una acusación fuera de lugar de Gillis, ya que no tiene por qué entrar en el acuerdo particular al que llegaran en su día Kuchar y Ortiz.