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¿Una hazaña irrepetible?

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Jim Furyk, celebrando en el green del 18 de TPC River Highlands su histórico 58 en 2016 | © PGA Tour
Jim Furyk, celebrando en el green del 18 de TPC River Highlands su histórico 58 en 2016 | © PGA Tour

Pasan los años, pero hay cosas que jamás caen en el olvido. Como el hecho de que cada temporada que se disputa el Travelers Championship, inevitablemente un número retumba en la cabeza de todos los amantes del golf: 58. Y es que Jim Furyk, allá por agosto de 2016, decidió dejar su huella impresa para siempre en la historia de este deporte al romper una barrera sencillamente absurda.

Hasta esa ronda final del Travelers en 2016, se habían disputado más de 600.000 rondas de golf en el PGA Tour. Apenas seis jugadores habían conseguido entregar una tarjeta de 59 golpes: Al Geiberger (Danny Thomas Memphis Classic en 1977), Chip Beck (Las Vegas Invitational en 1991), David Duval (Bob Hope Chrysler Classic en 1999), Paul Goydos (John Deere Classic en 2010), Stuart Appleby (The Greenbrier Classic en 2010) y el propio Jim Furyk (BMW Championship en 2013). Desde entonces, otros cinco jugadores han entrado en este selecto club de los 59: Justin Thomas, Adam Hadwin, Brandt Snedeker, Kevin Chappell y Scottie Scheffler.

No obstante, ninguno de ellos consiguió igualar el récord de Furyk en el TPC River Highlands. El capitán del equipo americano de la Ryder Cup en 2016 rozó la perfección golfística en la jornada final del Travelers. Cogió todos los greenes, hizo diez birdies y un eagle para entregar una tarjeta de -12 con apenas 24 putts y ningún bogey. Una soberbia actuación que le convirtió en el primer y único jugador de la historia en registrar dos rondas por debajo de 60 golpes a lo largo de su carrera.

Lo más curioso es que el ‘pobre’ Furyk no se alzó con la victoria ni en el BMW Championship en 2013 ni en el Traverlers Championship de 2016. En este último certamen, incluso tuvo muchas dificultades para superar el corte y salió el domingo a 16 golpes de la cabeza. Su 58 le permitió firmar una quinta posición, algo impensable ese mismo sábado por la noche cuando el propio Furyk calificaba su swing como “desastroso”.

Aventurarse a predecir cuanto tiempo durará este récord en el tiempo es un ejercicio agotador y bastante arriesgado. Pese a todos los avances tecnológicos y deportivos de las últimas décadas, la barrera de los 60 golpes sigue siendo rocosa y difícilmente alcanzable para los mejores golfistas. Grandes e ilustres nombres se han quedado a las puertas de semejante hito por lo que lo conseguido por Furyk hace cinco años no se va a olvidar de la noche a la mañana. Ni mucho menos.

Solo queda confiar al tiempo la respuesta a la pregunta que formulábamos al principio.