Andan en Houston al borde un ataque de nervios. Todos miran al cielo y cruzan los dedos. Es la peor semana del año para estar con suspensiones y retrasos. Pero el tiempo no se casa con nadie, ni siquiera con el Masters de Augusta…
El director del Shell Houston Open se repite como un disco rallado cada día: “creemos que podremos terminar el torneo el domingo”. No queda otra. Es impensable imaginar a una buena parte de los jugadores llegando el martes a Augusta. Entre ellos, nada menos que el defensor del título, Charl Schwartzel, Phil Mickelson o el Número 3 del mundo Lee Westwood…
Steve Timms, director del torneo, es el tipo más buscado esta semana en el recorrido tejano de Redstone. Más incluso que los líderes Brian Davis y Louis Ooshtuizen (-11). La segunda jornada se suspendió ayer por falta de luz con 70 jugadores aún en el campo. Si el tiempo lo permite se acabará el domingo, pero la carrera será a contrarreloj.
El inglés Davis, a sus 37 años, decidió dar un vuelco el año pasado a su carrera. Cambió el swing, el caddie y se puso en manos del psicólogo Bob Winters. Esa traumática decisión parece que empieza a dar frutos. Ayer firmó la mejor vuelta de la temporada (65 golpes).
Oosthuizen también ha hecho algún cambio, aunque no tan profundo. Ha decidido volver a jugar con el driver que utilizó la semana de su victoria en el British Open de St. Andrews 2010. A juzgar por las once calles que cogió ayer es un acierto del sudafricano.
De los que ya han podido acabar sus dos vueltas, destaca Phil Mickelson (-9), el joven sueco Jonas Blixt (-8) y el sudafricano Ernie Els (-5), que mantiene vivo el sueño de clasificarse para el Masters. Necesita ganar en Houston.
En cuanto a los que aún deben terminar su segunda ronda, destacan Jeff Maggert (-10), a falta de ocho hoyos, y Ángel Cabrera, ocho bajo par a falta de diez.