Vaughn Taylor (-17) ha ganado el AT&T Pebble Beach Pro-Am tras entregar una tarjeta de 65 golpes en Pebble Beach y, sobre todo, después de que Phil Mickelson (-16), no fuera capaz de ganarle al campo en la jornada decisiva.
Taylor, que llegó a jugar la Ryder Cup de 2006 y que también anduvo cerca de la muerte hace dos años en un accidente de pesca, no ganaba en el PGA Tour desde hacía once años y, de buenas a primeras, se ha metido incluso en el Masters de Augusta, su auténtica «super bowl», como él dice, pues creció en Georgia. El veterano jugador estadounidense (cumple 40 este año) ha escrito la historia de la semana, sin duda alguna. Sobre todo porque sólo la lesión de Carl Petterson lo metía a última hora en el torneo, ya que él no disfrutaba de los derechos de juego completos en el circuito americano.
Una magnífica sucesión de cuatro birdies entre los hoyos 13 y 16, con especial mención a un putt endiablado que embocaba en el 16 desde unos nueve metros, le llevaba finalmente hasta la gloria de su tercera victoria en el PGA Tour.
Mickelson, por su parte, erraba un putt de birdie desde un metro y medio en el green del 18, que al menos le hubiera valido para salir a jugar un desempate con Taylor. El zurdo, que se plantó en el tee del 17, par 3, dos golpes por detrás del líder, hizo quizá lo más difícil, que era precisamente el birdie en ese 17, pero falló el último putt corto para forzar el play off.
