Inicio Grandes Circuitos PGA Tour …Y entonces llegó un tipo y acabó con siete birdies seguidos

…Y entonces llegó un tipo y acabó con siete birdies seguidos

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Kevin Streelman gana por K. O. el Travelers sorprendiendo desde atrás a Sergio García y K. J. Choi

Lo que ha hecho Kevin Streelman (-15) en la última jornada del Travelers Championship para apuntarse su segunda victoria en el PGA Tour es una auténtica obra de arte de golf que no suele darse…

Siete birdies consecutivos para ganar. Bingo tras bingo desde el hoyo 12 al 18, ambos incluidos, cuando venía un golpe arriba en el día hasta ese momento. Para ello hace falta jugar muy bien (la dejaba cerca o muy cerca en los hoyos 12, 13 y 17) y tener ese punto de fortuna después de tirar un buen putt: embocaba desde más de seis metros en el 14 y desde más de once en el 16… Cerraba el recital con un gran hoyo 18, embocando desde unos dos metros y medio, y dejando por atrás con la soga al cuello a quienes habían sido los candidatos más sólidos durante toda la jornada: Sergio García (-14), K. J. Choi (-14) y Aaron Baddeley (-13).

Es cierto, lo que ha hecho Streelman no suele ocurrir. Pero a veces ocurre y quienes se quedan compuestos y sin novia tienen que apechugar, quitarse la gorra y saludar al campeón. Al fin y al cabo, la increíble serie de este norteamericano de 36 años, habría quedado ‘sólo’ en la machada del día si ellos hubieran entregado una tarjeta de 65 golpes…

No es tan sencillo de hacer como de decirlo. El TPC River Highlands es un campo al que estos chicos pueden hacerle resultados bajos, pero tampoco estaba hoy para muchos festivales (sólo cuatro tarjetas de 65 golpes o mejor en la jornada en este par 70), porque los greenes recibían ya un poco más firmes.

Sí puede decirse seguramente que Ryan Moore ha pinchado, saliendo de líder y entregando un resultado por encima del par. Pero tanto Sergio como Choi han jugado muy serios, sólidos, y disponían de un putt en el 18 para forzar el play off. Lejanos, pero putts de birdie al fin y al cabo.

Puede que el español se acuerde de algún putt fallado (hoyos 6, 13 y 14, por ejemplo, todos por debajo de los tres metros de distancia para birdie), pero del mismo modo podría argumentarse que también había salvado un gran par en el 4 desde casi cuatro metros, o que antes había embocado un grandioso tubito de siete metros en el 1 para iniciar el asalto a la cabeza.

¿Podría incluso recurrirse al tópico de la mala suerte? Es cierto que en el 10 se le quedaba al de Borriol la bola detrás del único árbol que está situado en medio de esa calle. Ya es fatalidad. Y que en el 18 su poderoso drive iba a dejar la bola reposando en mitad del fairway, sí, pero bien metidita en una chuleta… La realidad es que no dejan de ser accidentes y circunstancias hasta cierto punto normales en una vuelta de golf. Lo que no es tan normal, en el campo que sea y en las condiciones que sean, es que nadie te haga siete birdies consecutivos por los últimos siete hoyos del campo y del torneo.

No le demos más vueltas. Sergio, igual que Choi, ha jugado sólido y a ganador, con las riendas de la vuelta y el torneo casi siempre bien agarradas, con un inicio eléctrico (dos birdies por los primeros tres hoyos) y, además,  mostrando capacidad de reacción en los malos momentos (tirazo y birdie en el 11, después de hacer dos bogeys)… Baddeley también se dejaba por el camino algunas buenas opciones, lo mismo que Choi. Unas entran y otras no. En fin, lo habitual. La verdadera ‘mala suerte’ para los tres ha sido ese torbellino abrumador de birdies del vencedor. Knock Out y a otra cosa.

Gonzalo Fernández Castaño (-7) remontaba el vuelo en la última ronda (66 golpes y un buen puesto 26º al final). Supone una excelente noticia su recomposición mental y también la de su juego, después del tremendo varapalo del sábado, cuando venía jugando mejor que nadie y se gripaba en el último tercio de vuelta. Este domingo, de hecho, se las arreglaba para jugar muy ordenado de tee a green, muy consistente. Aún aparecieron de nuevo los fantasmas en el 17, donde la tiraba al agua de salida. Pero esta vez el madrileño cerraba bien los pestillos a la desazón y salvaba un buen bogey, el único del día. Fernández Castaño está haciendo callo, un buen callo, y terminará recogiendo el fruto. Tratándose del jugador que se trata y como suele decirse o escribirse en estos casos: al tiempo.

Resultados finales