Tiger Woods ha vuelto. No, aún no ha cogido un palo de golf, pero al menos ha vuelto a hablar públicamente…
El californiano ha aprovechado el AT&T National, su torneo, para comparecer ante el mundo después de la intervención de su maltrecha rodilla izquierda.
La operación tuvo lugar días después de su exhibición en el US Open. Todos son optimistas en cuanto al resultado de la cirugía, pero nadie se atreve a pronosticar cuándo estará de regreso. "En cuanto al largo plazo, realmente no sé", dijo durante la teleconferencia para promocionar el AT&T National de esta semana, donde oficiará de anfitrión ausente. "Tenemos que ver como sana todo. Todos nos recuperamos a ritmos distintos. Algunas personas pueden volver a jugar en seis meses, otros en nueve y a otros les toma un año. Por eso para ser honesto, nadie realmente sabe hasta que comencemos el proceso de rehabilitación y veamos como va sanando todo".
Lo que realmente da un poco de miedo es la confesión que realizó Tiger instantes después. El gran dominador del golf mundial en los últimos años, incansable ganador de torneos y grandes, admite que lleva diez años sin estar físicamente al ciento por ciento.
"Durante años vengo tratando de ajustar mi juego para aliviar el estrés que pongo sobre mi pierna izquierda. Pero básicamente, mi rodilla izquierda ha estado dolorida por 10, 12 años, por lo que será agradable finalmente tener una pierna saludable", dijo Woods. "Los doctores me han asegurado que en el largo plazo mi salud estará mucho mejor que en la década pasada. Por eso espero ansioso que así sea, para no tener dolor mientras juego y después de los torneos".
Puf…
