Justin Leonard (–23) lidera el Bob Hope Chrysler Classic que se celebra esta semana en La Quinta (California). Le persiguen cuatro jugadores con –19: Robert Gamez, D. J. Trahan, Anthony Kim y Kenny Perry. Boo Weekley, con –18, todavía no ha dicho su última palabra…
Mediado el año pasado, Justin Leonard no estaba jugando bien. El mal que afligía a Leonard no era otro que el de pensar demasiado. Un defecto que, por lo visto, afecta a todos los profesionales del golf en un momento u otro de su carrera. Se analiza en exceso el golpe, se piensa demasiado en la ejecución … y la cosa se tuerce. Demasiados pensamientos en la cabeza. El verano pasado, Leonard decidió dejar de pensar, simplificar su juego. Y le va de maravilla. Ha recuperado la confianza y está jugando a un gran nivel esta semana. "Ahora mismo no tengo demasiados pensamientos conscientes sobre mi juego", explicaba Leonard al final de la jornada. "Sé que no voy a dar todos los golpes perfectamente o de la forma que quiero darlos, pero también sé que un gran número de ellos los voy a dar como quiero; no perfectos, pero como quiero darlos".
Leonard, que ya ganó el Bob Hope en el 2005 y cuenta en sus vitrinas con el British Open y 11 victorias en el circuito americano, quiere seguir jugando así en la jornada del domingo, última del torneo, en la que no habrá amateurs ni estrellas de por medio. "Creo que ése es mi gran desafío: jugar con la misma confianza y actitud con las que he jugado los últimos cuatro días".
En este torneo tan sui géneris, el corte se hace el sábado. En esta ocasión quedó en –7 y entre los que se quedaron fuera están Daniel Chopra, campeón del Mercedes-Benz hace un par de semanas y número 2 en la FedExCup; Mark Calcavecchia; David Duval; y John Daly, que para no perder la costumbre se retiró del torneo sin jugar la cuarta ronda, esta vez con una lesión. Lo positivo que Daly puede sacar del Bob Hope Classic son sus dos primeras vueltas, con un total de cuatro birdies y un solo bogey, si bien los campos estaban para mucho más. Si Daly no se pone las pilas, se puede quedar sin patrocinadores ni excepciones en un abrir y cerrar de ojos. Aunque siempre le quedará esa popularidad que le sigue allá donde va. Cuando le preguntaron a Tiger Woods por qué invitaba a John Daly a su torneo de final de año, Tiger no lo dudó: "Allá donde va, el público acude".
