18 hoyos con el acelerador a fondo. La última ronda del WGC HSBC Champions apunta muy alto. Candidatos de postín y el último gran título del año en juego. Todo ello aderezado con un campo receptivo, que invita al birdie. Abróchense los cinturones…
Fredrik Jacobson es el hombre que está en la diana. El líder. El sueco se sabe de memoria la hoja de ruta para ganar el torneo. “Es una de esas semanas en las que tienes que jugar agresivo para hacer tarjetas bajas. No es una semana para jugar seguro o conservador”, explica.
Más gráfico aún es Louis Oosthuizen. El sudafricano nos presenta la batalla final como si de una película de Hollywood se tratara. “Mañana vamos a ver golf del bueno. Sólo hay que ver la tabla de líderes para saber que vamos a presenciar un bombardeo. Todos queremos ganar…”.
Jacobson sabe que se encuentra en una posición bastante delicada, aunque no lo cambia por ningún otro escenario. “Cuando empiezo la última jornada unos golpes por detrás de los líderes suelo jugar con un poco de estrés, a contracorriente, así que definitivamente prefiero empezar el último día por delante. Me siento a gusto con mi juego, es bueno meter putts largos como hoy”, apunta.
Uno de sus mayores enemigos mañana será Rory McIlroy. El Número 3 del mundo quiere ganar para apretarle las clavijas a Luke Donald en la Race to Dubai. El norirlandés estaba obligado a despertar y vaya si lo ha hecho. “Necesitaba una vuelta así (65 golpes) para darme una oportunidad de ganar. Estaba cinco golpes por detrás en el Alfred Dunhill Links y lancé un buen ataque el domingo en St. Andrews. Ojalá pueda hacer lo mismo mañana”, describe.
Otro de los hombres a tener muy en cuenta es Lee Westwood, a pesar de que el inglés siente que su juego no está perfectamente engrasado. “No le he pegado bien a la bola. Estoy algo perdido con mi swing, nada consistente, pero he pateado bien y tendré una oportunidad de ganar. Esto es todo lo que le puedes pedir a un torneo”.
