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Presidents Cup y Seve Trophy, el ‘otro’ golf

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Esta es una semana siempre especial en el calendario de golf internacional. Es la semana del golf profesional por equipos. Se juega a partir de mañana la Presidents Cup, donde se enfrentan Estados Unidos y una selección de los mejores jugadores internacionales no europeos, y el Seve Trophy, donde se enfrentan Gran Bretaña e Irlanda contra Europa continental.

Son dos competiciones pujantes, pero muy jóvenes, sin la solera y la dimensión de la Ryder, la competición por equipos por excelencia. En todo caso, muy interesantes. La Presidents se disputó por primera vez en 1994 y va a iniciarse su séptima edición. Hasta ahora, el dominio es total por parte del equipo norteamericano, que ganó en el 94, 96, 2000 y 2005, mientras que el equipo internacional se hizo con la victoria en el 98, resultando en empate la edición de 2003 (se jugó en 2003 al retrasarse un año la edición de 2001 de la Ryder por el atentado del 11-S de 2001). El Seve Trophy afronta su quinta edición y hasta la fecha también es abrumador el dominio del equipo británico-irlandés, con victorias en 2002, 2003 y 2005, por un solo triunfo del equipo europeo en la primera edición, la de 2000.

Su formato es parecido al de la Ryder, pero no igual. La Presidents se desarrolla así, con todos los partidos a Match-Play (hoyo ganado), evidentemente: el jueves se disputan seis partidos modalidad Foursomes (se juega por parejas y cada una de las parejas juega una sola bola con golpes alternos); el viernes otros seis en Four-Balls (por parejas, cada jugador juega su bola y se elige el mejor resultado); el sábado por la mañana cinco partidos de Foursomes y por la tarde otros cinco de Four-Balls; y el domingo doce partidos individuales. El Seve Trophy se desarrolla así: el jueves se juegan cinco partidos de Four-Balls, y el viernes otros cinco también en modalidad Four-Balls; el sábado por la mañana se disputan cuatro partidos bajo modalidad Greensomes (es como el Foursomes, pero los dos jugadores de cada pareja salen en cada hoyo y se elige la mejor bola para el segundo golpe, que ya se juega hasta el final del hoyo con golpes alternos), y por la tarde otros cuatro de Foursomes; el domingo, diez partidos individuales.

El juego por equipos, la convivencia, la estrategia, la selección de las parejas… Es un golf muy diferente. Así lo confirma Manuel Piñero, que disputó en dos ocasiones la Ryder (1981 y 85). "Es una situación muy diferente a la de todo el año. En general, a los profesionales nos gusta mucho, nos divertimos mucho. Y es un tipo de juego ligeramente distinto. La clave está en compaginar adecuadamente los jugadores en cada pareja".

No existen reglas fijas, pero en general Piñero nos da alguna idea de cómo deben formarse las parejas. "Para el Foursomes, lo suyo es elegir a jugadores muy seguros, aunque todos lo sean a este nivel, pero en esta modalidad todos deben adecuar su juego tratando de asegurar, de ir recto; en el Four-Balls puedes combinar más el tipo de juego; uno de los dos jugadores busca más la regularidad y el tro más los birdies"…

Ni que decir tiene que para Piñero, igual que para mucha gente, la mejor pareja jamás conocida fue la formada por Severiano Ballesteros y José María Olazábal. "Severiano era un poco el que jugaba más agresivo… Pero no, en realidad era la pareja total. Los dos hacían de todo", comenta casi riendo. "Otra pareja clásica fue la formada por Halle Irwin y Raymond Floyd". Eso sí, el español tiene un recuerdo imborrable: "jugué contra Tom Watson y Jack Nicklaus… Esa era una pareja muy sonada. También era ese tipo de pareja total. Era una maravilla jugar con ellos… aunque te ganaran".