¿Cuántas veces le ha dicho su profesor que después de un mal golpe puede ser un desastre tratar de arreglarlo en el siguiente con una 'genialidad' complicada? ¿Cuántas veces se lo ha dicho su pareja de juego, su amigo íntimo del alma e, incluso, usted mismo? Pues bien, si una y otra vez tropieza en la misma piedra, no se preocupe, los más grandes y expertos tampoco se quedan atrás…
La cruel lección de golf nos la ha dado Sandy Lyle en esta primera jornada del Volvo Masters. El escocés, doble ganador de'majors' (Open del 85 y Masters del 88), con 49 años a sus espaldas, a punto de entrar, si le viene en gana, en el Seniors Tour (el próximo 9 de febrero cumple 50) y, en general, con un millón de batallas libradas, ha firmado diez golpes en el par 4 del hoyo 5 de su primera vuelta al recorrido de Valderrama. ¿Y saben cómo fue? El golpe de salida se fue contra unos alcornoques, un error bastante común. La cuestión es que acto seguido, el bueno de Sandy decidió intentar sacar la bola jugando… ¡a zurdas! Hasta ahí, bueno… El problema es que su grado de obcecación llegó a tal límite que jugó hasta seis golpes para salir del atolladero. No le bastó con fallar el primero, o el segundo… (golpes al aire o que apenas movían la bola unos palmos…). Terminó con 10 en ese hoyo.
Por lo demás, apuntar que el viento sigue soplando, que el día no está para florituras y que, a buen seguro, serán pocos los que finalicen por debajo del par…
