Adam Scott ha tomado una ventaja de cuatro golpes a falta de 18 hoyos en el Open de Australia. El Número Dos del mundo lo tiene claro. Es su triple corona, su año, su Open y no está por la labor de que nadie se lo estropee. Ni siquiera un gran Rory McIlroy, que aún no ha dicho su última palabra.
Scott ha firmado una vuelta de 68 golpes, una de las mejores del día, bajo unas severas condiciones de viento, y Rory se ha quedado en 70. El norirlandés parecía que entregaba la cuchara tras enlazar un bogey y un doble bogey en los hoyos 4 y 5, sin embargo, ha sabido recomponerse y realizar cuatro birdies más para plantar cara.
Se espera un domingo de órdago. La ventaja es para Scott, qué duda cabe, es el gran favorito, pero McIlroy ha demostrado hoy que no le va a temblar el pulso. La triple corona es muy importante, espléndida, histórica, pero la primera victoria del año bien merece un último arreón.
Será un mano a mano entre los dos gallitos del golf mundial. La tercera posición, compartida por Matt Jones, Richard Green y Max McCardle, se encuentra ya a ocho golpes de Scott y a cuatro de Rory. Demasiado lejos siquiera para inquietar. Mientras, Jason Day firmó la mejor vuelta del día (66 golpes) para meterse en el top ten. Gran reacción, aunque tarde para tener entrada para la fiesta.
