Sergio García (-6) fue ayer el mejor jugador durante la primera jornada del Open. Sencillamente eso: el mejor. Queda un mundo por recorrer, ante él están los mejores jugadores del mundo, y seguro que Carnoustie tiene desagradables sorpresas reservadas a todos en los tres días que restan, en forma de viento y lluvia…
Pero ahora sólo nos queda disfrutar viendo al de Borriol ahí arriba, en todo lo alto, y recordando la maravillosa lección de golf del español: impresionante desde el tee de salida, sin forzar, dando una lección táctica en un campo que castiga las bravuconadas; inmenso desde la calle con los hierros largos, y sólido, muy sólido con el putter (parece que el cambio de palo en esta parte del juego está dando buenos resultados: ahora juega con un putter más largo, de los que se apoyan en la barriga, para entendernos…) Una verdadera delicia verle jugar. Y sobre todo: verle disfrutar sobre el campo, relajado y sereno. El único bogey del día no llegó hasta el hoyo 16, el terrorífico par 3 de más de 220 metros, y a punto estuvo de embocar el putt de par después de recuperar desde el bunker.
Ponernos a hacer ‘planes’ ahora de lo que va a deparar este torneo a los nuestros sería, simplemente, un ejercicio de ingenuidad, pero lo que está ahí, está ahí, y nadie se lo va a quitar… Y decimos los nuestros, porque la jornada de Miguel Ángel Jiménez (-2) fue también espléndida, acabando en octava posición y con todas las opciones. El malagueño tuvo de compañero de partido a uno de los héroes del día, el jovencísimo amateur norirlandés Rory McIlroy (-3), que cumplió en abril 18 años, pero que a juzgar por su cara, bien podría tener 15… Este chaval no sólo ganó la partida a Carnoustie, sino que además firmó un día sin errores. Esta tercera posición que hoy ocupa no va a olvidarla en la vida. De Jiménez vamos a destacar sobre todo la lección de oficio y temple que dio del hoyo 15 al 18, el tramo más complicado del campo que saldó al par habiendo cazado sólo uno de estos cuatro greenes. Bravo Miguel.
Es cierto que el tiempo ha dado una primera jornada de tregua, apenas unas gotas por la mañana y un viento sumiso y gobernable en la mayoría de los casos. Y además, viendo jugar a Sergio todo parecía tan fácil… Sin embargo, Carnoustie dejó constancia una vez más de su dureza. Con veinte jugadores finalizando todavía su ronda, sólo 24 de los 156 que participan habían bajado de par y algunos nombres ilustres pagaron ayer un duro peaje: Justin Rose y Niclas Fasth terminaron con +4, Rory Sabbatini, +5, Graeme Mc Dowell, del que esperaban mucho en las Islas, +6, Aaron Baddeley, el joven prodigio australiano que deslumbrara en Oakmont, +7, el experimentado Davis Love III, +8… De los pesos pesados del golf mundial, ninguno ha dicho todavía su última palabra. El mejor parado ha sido Woods (-2); Furyk y Goosen firmaron un -1, Mickelson al PAR, y Ernie Els y Vijay Singh acabaron +1.
Un apunte final: nos congratulamos con la excelente puesta en escena de Ángel Cabrera (-3) también top-ten junto a Sergio y Jiménez. El otro argentino en liza, Andrés Romero, se mantiene al quite con una vuelta de PAR.
Mañana viernes Jiménez sale a las 9,31 (hora española) y Sergio lo hace exáctamente una hora después (10,31). Las previsiones del tiempo para mañana no son malas. En principio, parece que el viento tampoco va a soplar demasiado, como hoy, y en general caerá muy poca agua (hay riesgo de ligeras lloviznas). Por si acaso, toquemos madera. Sergio es un buen jugador con viento, pero al castellonense no le hace demasiada gracia la lluvia… Según estas previsiones, lo más duro llegaría el sabado: más viento, más agua… Veremos.
Resultados del día:
http://scoring.opengolf.com/leaderboard.sps?itourno=2007060&optsel=pos