Sábado 23 de mayo. Día soleado en San Francisco. Perfecto para jugar al golf. Hay que aprovechar que en California han abierto un poco la mano y los campos vuelven a estar abiertos. Qué mejor plan que reservar en el TPC Harding Park, un campo público donde el próximo 6 de agosto debería estar empezando el PGA Championship, el primer Grande de esta extraña temporada marcada por el Coronavirus.
En San Francisco vive y trabaja desde hace algún tiempo Pepe Campillo Íñiguez, para más señas el hermano de Jorge Campillo. Un ‘espía’ de lujo para realizar una primera aproximación a lo que se encontrarán los jugadores dentro de algo más de dos meses. Aún cambiarán cosas, apretarán las tuercas en las próximas semanas, pero ya se ven con claridad las líneas maestras de este diseño par 72 (en el PGA se jugará como par 70) de Sam Whiting y Willie Watson. Abrió sus puertas en 1925, hace casi un siglo, y fue renovado en profundidad en 2005. Además, en 2013 permaneció cerrado para cambiar los greenes.
Pepe acude a jugar con otros tres amigos y cuenta con detalle a Ten Golf la experiencia mediante sus comentarios, fotos y vídeos. Además de ser hermano de Jorge Campillo, es hándicap 4 según la Real Federación Española de Golf, por lo que se trata de un infiltrado con galones y credibilidad. Sabe de los que habla y nos deja algunos apuntes muy interesantes, cosas de las que seguramente estaremos hablando cuando llegue la segunda semana de agosto.
Una llegada al campo marcada por la seguridad
«Ya había jugado en otros campos de San Francisco estos días atrás, pero el TPC Harding me ha sorprendido por las estrictas medidas de seguridad para evitar contagios, más que en ningún otro sitio. Nos citan media hora antes y nos dicen que no podemos llegar antes. Y tanto. Se nos ocurre llegar 35 minutos antes y nos dejan fuera del recinto esos cinco minutos. No nos permiten ni acceder al aparcamiento. Estamos fuera. En la calle. Desde que te bajas del coche debes llevar la mascarilla puesta. Es obligatorio. Y no te la quitas hasta el tee del 1. Sólo puede entrar uno de los cuatro a pagar y nos obligan a jugar de dos en dos. Hemos venido los cuatro juntos, pero tenemos que salir en dos partidas. Incluso en el putting green sólo podemos estar dos a la vez. Muy estrictos», cuenta Pepe.
Es evidente que la sede del PGA Championship debe ser especialmente escrupulosa en el cumplimiento de las medidas sanitarias. Cualquier posible caso de coronavirus que se produzca en el recorrido podría significar directamente la cancelación del PGA. O al menos pondría las cosas mucho más difíciles.
Lo primero que llama la atención son las calles
«En el tee del hoyo 1 ya te das cuenta de cómo están preparando el campo. Prácticamente todas las calles están estrechadas y varias incluso a la mitad, como en el 1 o en el 6. Visualmente queda extraño y hasta feo. Es un campo situado en el lago Merced con muchos árboles, que son los que habitualmente delimitan las calles. Ahora hay una enorme franja de rough haciendo de puente».
Sacando tees nuevos de debajo de las piedras: objetivo superar las 7.000 yardas
«Yo ya había tenido la oportunidad de jugar el TPC Harding antes y le había comentado a mi hermano que era un campo corto y que no veía muchas opciones de alargarlo. Obviamente me equivoqué. No hay que dudar de la PGA de América. Han aprovechado cada rincón de la finca. Es impresionante. Dentro del propio campo hay un recorrido de pares 3. Pues bien, hay muchos tees que están hasta 100 yardas más atrás del original saltando por encima de greenes y calles de esos pares 3. Del mismo modo, como en el 18, han llevado el nuevo tee casi hasta la puerta de salida. No se puede exprimir más las yardas de la parcela. Un greenkeeper me ha comentado que el objetivo es superar las 7.000 yardas».
Mucho ojo con jugadores como Bubba Watson…
«El campo tiene mucho más dog leg izquierda que a la derecha. Es decir, es un recorrido que beneficiará un poco más a los golfistas que muevan mejor la bola de derecha a izquierda, algo que se suele decir también bastante de Augusta. Creo que le puede ir muy bien a Bubba Watson por ejemplo. Así, a bote pronto, giran a la izquierda, algunos casi en ángulo recto, el hoyo 4, el hoyo 6, el hoyo 10, el hoyo 12, el hoyo 15 y el hoyo 18. En el 12, por ejemplo, no hay ni siquiera opción de acortar por encima porque tienes árboles».
El rough será la gran defensa del TPC Harding Park
«El rough ya se encuentra alto y espeso y el greenkeeper me ha dicho que esto no tiene nada que ver con lo que nos espera en agosto. Me confiesa que será la gran defensa del campo, así que la clave será coger muchas calles. No va a ser fácil ser preciso en el tiro a green desde este rough. Aún queda tiempo y veremos hasta dónde lo ponen, pero desde luego ya empieza a intimidar. En cuanto a los greenes, no son muy movidos, más bien planos y ayer, al menos, estaban un poco lentos. Esto sí que no tiene nada que ver con lo que pasará en agosto…».
Sólo carpas para familiares y el montaje del torneo en ‘stand by’
«Se ve alguna grada por el campo, pero muy poco. En realidad, todo ese montaje esta parado. Ni siquiera se trabaja en una carpa para la tienda. Me cuentan que seguramente será sin público y sólo habrá algunas carpas habilitadas para familiares, así que por ahí al menos a ver si hay suerte. Me daría mucha rabia que mi hermano venga a jugar un Grande a San Francisco, donde estoy viviendo y no pudiera ir a verlo. Seguramente tampoco habrá gradas, o serán muy pocas y con las restricciones propias de los protocolos del Covid-19».
Aquí termina esta primera aproximación al TPC Harding Park. ¿A qué les han entrado ya unas ganas locas de que empiece el PGA Championship? De momento, toca esperar, pero la cuenta atrás está en marcha. Quedan 74 días. El TPC Harding está al sur del Golden Gate y la mítica prisión de Alcatraz, muy cerca del famoso zoo de San Francisco y separado únicamente por una carretera de la universidad de San Francisco State.
