Rafa Cabrera Bello tendrá un calendario de lo más apretado en este sprint final de la temporada. Benditas apreturas porque todas son citas del alto copete, pero muy exigente en cualquier caso. La maratón del canario empieza en la Ryder Cup. A partir de Hazeltine jugarán ocho de las siguientes nueve semanas, seis de ellas de manera consecutiva.
La idea de Rafa, que descansa esta semana para llegar lo más fresco posible a su primera Ryder Cup, es jugar en Hazeltine dentro de nueve días y disputar a la siguiente semana el Alfred Dunhill Links Championship, una de esas citas ineludibles del European Tour, donde se reparte un jugoso cheque y se homenajea en cierto modo a algunos de los grandes patrocinadores y sustentos del circuito.
Después de jugar en Escocia, un torneo en el que mínimo disputará tres rondas, ya que el corte se establece el sábado antes de la última jornada, Rafa tiene previsto descansar una semana (British Masters no lo juega). A partir de ahí comienza su particular maratón de torneos. Arranca con el CIMB Classic, su primera prueba del año en el PGA Tour. El canario estrenará su tarjeta americana en Malasia. Acto seguido jugará en China el WGC HSBC Champions (Campeonato del Mundo que cuenta para European Tour (Series Finales) y PGA Tour), Turkish Airlines Open (Series Finales European Tour), Nedbank Golf Challenge (Series Finales European Tour en Sudáfrica), DP World Tour Championship (Final de la Race to Dubai) y la Copa del Mundo en Australia junto a Jon Rahm.
Así las cosas, Rafa rematará el año con seis semanas consecutivas jugando en torneos donde no hay corte, por lo que serán seguro 24 días de golf de un total de 42. Además, desde la Ryder Cup se recorrerá los cinco continentes en menos de dos meses. Una auténtica paliza de golf, aunque plagada de citas importantes. Un calendario a la altura de uno de los jugadores más importantes del mundo en estos momentos. Maratón sí, pero bendita maratón.
