Inicio WGC WGC Dell Technologies Match Play …Pues sí, es necesaria una lectura en clave de Ryder Cup
Ras de hierba de la tercera jornada del WGC Dell Technologies Match Play

…Pues sí, es necesaria una lectura en clave de Ryder Cup

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El equipo europeo de la edición de la Ryder Cup en 2021. © Golffile | Fran Caffrey
El equipo europeo de la edición de la Ryder Cup en 2021. © Golffile | Fran Caffrey

Cada semana es diferente. Incluso, muy diferente. Y además queda un mundo para la disputa de la Ryder Cup en Roma, de tal modo que los estados de forma y la finura competitiva todavía pueden ir y venir, subir y bajar varias veces. Por eso, el discreto papel en este campeonato del mundo match play del grueso del equipo europeo no resulta alarmante en ningún caso. Porque estaremos todos de acuerdo en que esta semana, en Austin, probablemente han jugado ocho y hasta nueve jugadores que formarán parte del equipo continental en septiembre.

Alarmas y agobios, los justos. Sin embargo, lo cortés no quita lo valiente y hay que anotar algunos puntos que provocan cierto desasosiego a este lado del Atlántico. De entrada, conviene no olvidar que allí, en tierras texanas, sólo hemos tenido a doce europeos, la cifra más baja desde la edición de 2001, en la que hubo también doce, y las de 1999 y 2000, en las que sólo hubo once. El año pasado jugaron en Austin 16 europeos; 17 en 2021 y 21 en 2019…

Es cierto que Justin Rose, un veterano que viene al alza, ha renunciado a jugar. Y también es obvia la influencia del cisma LIV. Pero tampoco nos engañemos: el grueso de los europeos que se marcharon a LIV ya estaban fuera del top 64 mundial en el momento de arrancar la liga saudí, a principios de junio de 2022. De hecho, sólo Paul Casey, que entonces era número 27 del mundo, y Sergio García, que era el 57, estaban dentro. El resto de europeos que se marcharon (los Bland, Westwood, Poulter, Wiesberger, Kaymer, McDowell, Stenson, Horsfield o Canter) estaban lejos y tampoco se les esperaba… Más tarde, sólo la incorporación de Pieters ha supuesto una baja clara en Austin.

La cuestión diáfana es que, antes de que cristalizara LIV Golf, el equipo europeo ya pedía a gritos algunos relevos y éstos no terminan de producirse, porque los G-Mac, Westwood, Stenson, Poulter o Kaymer, otrora base fundamental de la escuadra, ya no estaban para según qué trotes. Por otra parte, la reacción al alza de algunos jugadores con experiencia y clase Ryder, casos de Molinari, Willett o el mismo Olesen, no ha sido todavía lo suficientemente profunda como para acceder a este WGC Match Play. (Mucho ojo: el estado de forma del cuarteto formado por Rose, Molinari, Willett y Olesen, llegado el mes de septiembre, se antoja cada vez más decisivo para las aspiraciones europeas, pero ese es otro tema…).

Shane Lowry esta semana en el Austin Country Club. © Golffile | Eoin Clarke
Shane Lowry esta semana en el Austin Country Club. © Golffile | Eoin Clarke

Vayamos con algunos nombres propios. Comenzando por el de Shane Lowry. Europa no anda sobrada de grandes referencias, como se ha explicado, y el irlandés estaba hace tiempo llamado a convertirse en una de ellas. Sin embargo, no termina de rendir en este formato. No lo hizo en el Hero Trophy de enero y tampoco lo ha hecho esta semana en el Austin Country Club. Sólo ha ganado un punto, un gran punto ante Jordan Spieth, es verdad, pero lo hizo cuando se había quedado sin opciones, cuando no había nada en juego. Da la sensación de que la ansiedad por agarrar con determinación el testigo le está pasando factura. Lowry va sobrado de clase y coraje, así que todavía hay que esperarlo.

Más nombres. Tommy Fleetwood siempre anda ahí, es fiable, pero tampoco termina de ascender al siguiente nivel, lo que sin duda se hace cada vez más necesario ante la incesante irrupción y confirmación de excelentes valores estadounidenses, tal y como se ha vuelto a confirmar esta semana. Señores, es que Cameron Young, Max Homa, Sam Burns o incluso Kurt Kitayama y Sahith Theegala todavía no han debutado en una Ryder Cup, pero no dejan de empujar y de demostrar algo más que cositas… Hasta un morlaco de la talla de Rickie Fowler, con cuatro Ryder a sus espaldas y sólo 34 años de edad, va entrando en la ecuación.

Cameron Young está brillando esta semana en Austin. © Golffile | Eoin Clarke
Cameron Young está brillando esta semana en Austin. © Golffile | Eoin Clarke

Fitzpatrick no pasa por su mejor momento, lo mismo que Hovland, que en 2023 ha visto ligeramente frenada su progresión. Lo de Hatton y Jon Rahm en Austin (el inglés no ha ganado ni un partido) hay que considerarlo como un mero accidente, si somos honestos. Del español y su año 2023 poco más se puede añadir; y Hatton viene de ser 4º en el Arnold Palmer y 2º en el THE PLAYERS. Straka y Perez no han despejado incógnitas en este WGC, más bien lo contrario (el austriaco no ha ganado ni un partido y el francés, uno), Power cumple, pero no parece garantizar un relevo sólido y persistente, y a Noren tampoco se le puede pedir o exigir que cargue con la responsabilidad, a pesar de su veteranía e instinto competitivo. El sueco puede ser un excelente complemento, pero no una de las patas que sostengan el tinglado, porque cuando no está al ciento por ciento su rendimiento cae en exceso (esta semana no ha ganado ni un partido; caía sin remisión ante Scheffler (5 y 4), perdía dando la cara ante Tom Kim (2 y 1) y empataba con Riley).

Adrian Meronk ha dado la talla en el WGC Dell Technologies Match Play 2023. © Golffile | Jason Allen
Adrian Meronk ha dado la talla en el WGC Dell Technologies Match Play 2023. © Golffile | Jason Allen

El plato positivo de la balanza anda más escaso de argumentos. Al margen del torneazo que se está marcando Rory, sólo se puede destacar la desacomplejada actuación del polaco Meronk, que pasito a pasito va ganando crédito.

Es posible que en apenas uno o dos meses el horizonte se despeje un poco (ahí están, por ejemplo, Nicolai Hojgaard, Thomas Detry y Matt Wallace luchando por una victoria muy interesante en Punta Cana, aunque sea un torneo de segunda fila). Lo que sí es cada vez más evidente es que el equipo de las barras y estrellas nada en la abundancia, va sobradísimo de efectivos, a pesar de la desaparición, vía LIV, de tipos como Dustin Johnson o Patrick Reed (por no hablar de Koepka y DeChambeau, pero su rendimiento al máximo nivel ya ofrecía más dudas en el momento de su marcha). Hoy, 26 de marzo de 2023, el muro de contención europeo se antoja un pelín vulnerable ante semejante avalancha. Y no sólo hay que contener; para ganar una Ryder también hace falta sacar la corneta y salir al asalto.