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Sergio García se mete en los octavos de final del WGC Dell Technologies Match Play

Sergio, ¿no había otra manera de hacerlo?

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Sergio García durante la tercera jornada en el Austin Country Club. © Golffile | Eoin Clarke
Sergio García durante la tercera jornada en el Austin Country Club. © Golffile | Eoin Clarke

Sergio García se ha metido en los octavos de final del WGC Dell Technologies Match Play después de perder su tercer partido ante Matt Wallace (3 y 2) y de tener que salir a jugar un desempate ante Lee Westwood, que a su vez había ganado con autoridad a Hatton. En el cuarto hoyo de desempate, después de firmar ambos jugadores pares en los tres primeros, el español eliminaba al veterano inglés con un hoyo en uno en el hoyo 4, par 3, del Austin Country Club.

Así vivimos la tercera ronda del WGC Dell Technologies Match Play

Hasta aquí, una entradilla casi telegráfica y puramente informativa, muy aconsejable para enfocar lo verdaderamente importante antes de desatascar el canal de las emociones y de encontrar la manera de abordar el relato, porque se hace casi imposible explicar cómo es posible que el español haya sido capaz de salir airoso de esta manera en una jornada que se le había cruzado y pintaba espantosa.

Todo lo que el hoyo 13 del Austin Country Club nos dice de Sergio García

Baste con señalar que en los 16 hoyos que duró su partido con Wallace sólo era capaz de coger tres calles, un registro absolutamente inusual en Sergio García. Además, Wallace no le seguía el juego, más bien lo contrario, y enviaba muy pronto un mensaje nítido al español: si quieres ganarme vas a tener que hacer birdies. Así era: el inglés apenas fallaba y además también enchufaba algún purito para ir poniendo el partido de su lado. No había manera. Lo que el miércoles y el jueves era fluidez, temple y acierto, hoy era incomodidad y hasta incertidumbre. Lo que el miércoles y el jueves fueron unos tirazos a green desde el tee del 13, par 4, hoy trocaba en una bola más corta que se iba al agua…

Al menos, Sergio se había ganado a pulso la posibilidad de tener una última carta en la manga si todo iba mal, precisamente la del desempate ante Westwood. La gran incógnita era si el de Borriol sería capaz de resetear en unos minutos y de afinar su juego…

Sergio tiene a tiro un reinado muy peculiar en el WGC Match Play

En este punto, merece la pena hacer una reflexión. Todo lo que ha hecho el español en los cuatro hoyos de desempate lo define como jugador y hasta resume de alguna manera su carrera, aunque realmente los haya jugado a contra estilo. Ese segundo tiro fuera de posición para dejarse una gran opción de birdie en el hoyo 1; ese putt que erraba para finiquitar por la vía rápida en ese primer hoyo, cuando al fin parecía tener todo a favor en una jornada pestosa; esa recuperación de locura que sacaba adelante en el segundo hoyo de playoff, con una gran sacada desde la arena y un putt a lo Tiger, firme y decidido; ese segundo disparo en el tercer hoyo que parecía magnífico, pero que terminaba de la peor manera porque el viento no se hacía con la bola; esa otra recuperación en este tercer hoyo (vaya globito delicado y ajustado al centímetro) que bien podrían haber firmado Seve y Chema… Y ese hoyo en uno para ganar en el cuarto hoyo de desempate con un hierro 9 a las nubes.

Sergio gana el duelo de ‘ball strikers’ a Westwood y lo revienta en los greenes

Queda de nuevo constatado que no es gratuita la etiqueta de genio para este jugador. Siempre hace falta una pizca de buena suerte para firmar un hoyo en uno, de acuerdo. Pero, dejémoslo bien clarito: mientras Westwood pegaba el tiro razonable a esa bandera corta, sobrevolando el trapo y dejándose una opción más que aseada, el español diseñaba un disparo de ‘killer’ que no buscaba otra cosa que dejarse un putt muy corto de birdie, ni más ni menos, aun a riesgo de ponerlo todo en peligro, puesto que un error de cálculo podía llevarle al barranquito que defiende el frontal de ese green. En fin, la bola picaba dos palmos por detrás de la cazoleta y luego acertaba a coger el caminito a casa. Una verdadera maravilla. Un momento único.

Decíamos que este desempate define de alguna manera la carrera de Sergio García por una sencilla razón: justo cuando empiezas a valorar la posibilidad de que esté ya amortizado, de que ha dado todo lo que tenía que dar (que no ha sido poco, precisamente), entonces el Niño vuelve a demostrarte que no, que todavía le quedan cuentos que contar, danzas que bailar y torneos que ganar.

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Un golpe de genio: Sergio García ‘tumba’ a Westwood con un hoyo en uno