Inicio WGC WGC FedEX St. Jude Invitational Objetivo: apretar las tuercas a la flor y nata
Se esperan condiciones duras esta semana en el WGC FedEx St Jude Invitational

Objetivo: apretar las tuercas a la flor y nata

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Brooks Koepka posa con el trofeo de ganador del WGC FedEx St. Jude Invitational. © Golffile | Ken Murray
Brooks Koepka posa con el trofeo de ganador del WGC FedEx St. Jude Invitational en 2019. © Golffile | Ken Murray

Un ganador (Brooks Koepka) en -16 y una media de golpes bajo par de 69.504. Ninguna de estas dos cosas gustaron un pelo a los mandamases del WGC FedEx St Jude Invitational en la edición inaugural del torneo el año pasado, cuando recogieron el testigo del WGC Bridgestone Invitational. Por esta razón, nada más acabar el torneo en 2019 se pusieron manos a la obra para apretar las tuercas del TPC Southwind y ponerlo más difícil.

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Nunca ha sido un campo fácil y ni mucho menos un vergel de birdies. El recorrido de Tennessee es sede del torneo desde 1989, cuando se llamaba Federal Express St. Jude Classic. Desde entonces y hasta 2018 acogió 30 ediciones del torneo regular del PGA Tour. Pues bien, en las últimas 15 se ganó la fama de duro, pues sólo en dos ocasiones se logró un resultado más bajo que -16. No es un campo de minas imposible, ni un US Open, pero sí una cita exigente. Las dos únicas veces que se mejoró ese resultado fue en 2009 con Brian Gay (-18) y en 2018 con Dustin Johnson (-19), aunque éste último tiene truco. DJ jugó a otra cosa. El segundo clasificado terminó con -13 y el tercero ni siquiera alcanzó el doble dígito. La añorada dificultad del TPC Southwind, par 70, se resintió el año pasado en la primera aparición del WGC con 42 de los 63 jugadores que acabaron bajo par y el -16 ganador. Obviamente, la presencia en el torneo de los mejores del mundo es una explicación a esos mejores resultados. Por este motivo, tocaba encontrar la manera de poner contras las cuerdas a la flor y nata.

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Se han hecho cambios en el campo y la previsión meteorológica es bastante complicada. A la vista de estos dos factores, da la sensación de que será muy difícil alcanzar ese -16 este año. En cuanto al trabajo de campo, lo más importante que se ha hecho tiene que ver con los búnkers. Se han renovado todos y hay muchos que han cambiado de sitio estratégicamente para dificultar la llegada a green. En definitiva, entran más en juego tanto desde el tee como en los golpes a bandera. Del mismo modo, se ha alargado el campo, no de una manera exagerada, pero sí lo suficiente para complicar dos hoyos: en el 3 (par 5) se ha echado el tee para atrás 25 yardas y en el 17 (par 4) se ha retrasado un total de 15.

Riesgo de suspensiones por tormenta eléctrica los dos primeros días

A este endurecimiento de las condiciones se une el tiempo de Memphis a finales de julio. Es época de tormentas y todo apunta a que el torneo no se va a librar. El parte meteorológico habla de lluvia a partir de este miércoles con una probabilidad alta de tormenta eléctrica, especialmente para el jueves y el viernes. Es decir, podríamos tener suspensiones. Sábado y domingo también da agua ahora mismo en el radar, pero con menos probabilidad que los dos primeros días. Del mismo modo, se espera viento. No será un huracán, pero sí se habla de 20 a 25 kilómetros por hora los dos primeros días con alguna racha superior. Lo justo para dificultar la preparación de los golpes.

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El rough fue una de las defensas más importantes del campo el año pasado. Se espera que este año también sea un factor, agravado incluso por la lluvia que se espera. En cuanto a los greenes, el objetivo es que estén muy rápidos, a 12 en el stimpmeter, aunque si cae el agua que se espera seguramente estén algo más receptivos de lo que hubieran deseado.