Jon Rahm (-8) arrancó el día del movimiento como mandan los cánones. Birdie dado en el hoyo 1 y birdie de libro en el 2. Sin complicaciones. Un tirazo tras otro y candidatura a la victoria presentada. Por la vía rápida. A partir de ahí jugó al par para un vuelta de 68 golpes. Ocupa el séptimo puesto y peleará el domingo por el triunfo, aunque él y el resto están en manos de un señor que se llama Justin Thomas (-14) y al que se le ha puesto mirada de campeón.
VÍDEO: Rahm lleva el chip a una nueva dimensión…
Los greenes del recorrido Sur del Firestone ya no están como el jueves y el viernes. Se están poniendo firmes y las opciones de birdie no se regalan. Para nada. Este campo sí es el de siempre, o al menos se le parece bastante. Si no llueve, el domingo va a ser divertido. No hará falta atacar cada bandera para ganar y un mal día de tee a green puede poner el asunto muy complicado a cualquiera.
Rahm ha sacado petróleo en una vuelta donde no ha estado fino desde el tee. Ha pegado con todo, es cierto, y ha ido muy largo, pero apenas en tres ocasiones ha pisado la calle. En estas condiciones, firmar cinco birdies en el Firestone es una cosecha extraordinaria. Y mucho más cometer sólo tres bogeys, y eso que dos de ellos han sido evitables, ya que se le escapan putts de par de dos metros en el 15 y de un metro en el 18. Este último ha sido especialmente doloroso, ya que había firmado una gran recuperación desde la parte izquierda del rough.
Sergio elige la áspera senda que lleva a la Ryder
Sea como fuere, aunque seis golpes con Justin Thomas es una distancia más que notable, no debemos perder de vista que nos plantamos en un domingo más de World Golf Championship con el joven español con opciones de victoria. Ganará o no, ya veremos, pero su capacidad para llegar al domingo con ventanas abiertas es extraordinaria. El juego corto de Jon ha brillado hoy con luz propia y la mejor muestra ha sido el fabuloso chip de birdie que ha embocado en el hoyo 16.
No obstante, como decimos, todo está en manos de Justin Thomas. El norteamericano ha abierto hueco en la clasificación. Ha entregado una magnífica tarjeta de 67 golpes y ha tomado tres de ventaja sobre Rory McIlroy e Ian Poulter, cuatro sobre Jason Day y cinco sobre Marc Leishman y Kyle Stanley. Obviamente, aún no hay nada hecho, y mucho menos con esos jugadores por detrás, pero Thomas ya ha demostrado que tiene una habilidad especial para cerrar los torneos. Es la octava vez que lidera a falta de 18 hoyos y consiguió ganar en cinco de las siete ocasiones anteriores.
La frustración de Jon Rahm tras la segunda ronda
El destino ha querido que en el partido estelar se encuentren Thomas y McIlroy, apenas unas horas después de que el norirlandés confesara su admiración por la vena competitiva de Justin. Lo podrá vivir en sus propias carnes. Veremos si Rory es capaz de apagar esa mirada que brilla de manera especial cuando un triunfo se pone a tiro. Desde luego, si alguien lo puede hacer es este McIlroy. Hoy firmó una gran tarjeta de 67 golpes libre de bogeys. Anda fino.
Gran final de Rafa Cabrera Bello para reengancharse al torneo
Rafa Cabrera Bello (-6) se ha agarrado al torneo con uñas y dientes. Quiere estar en la Ryder Cup como sea y se está dejando el alma. Está en una situación parecida a la de Sergio García y su respuesta está siendo también encomiable. Hoy acabó con tres birdies en los últimos cuatro hoyos para dar la vuelta a una ronda que se había torcido en apenas media hora, con un doble bogey y un bogey consecutivos en los hoyos 12 y 13. Era un castigo excesivo y poco justo. Consiguió darle la vuelta a la tortilla y aún tiene muchísimo que ganar el domingo. Al fin y al cabo, está a sólo cinco golpes de la segunda plaza.
Decepcionante Tiger Woods
La gran decepción de la jornada ha sido Tiger Woods (-3). El amo y señor del Firestone ha entregado una tarjeta de 73 golpes y ha caído en la clasificación sin paracaídas. Es su cuarta peor vuelta de siempre en este campo. Nada le salió bien. El mejor reflejo de su vuelta es su segundo tiro en el hoyo 18. Fue perfecto, pero después de botar un par de metros antes del agujero, en línea a la bandera, dispuesta a pararse al lado, pegó contra el mástil y acabó a unos cuatro metros. No metió el putt. “He jugado muy mal y sé por qué. Tengo claro lo que ha fallado hoy en el swing, pero no he sido capaz de solucionarlo durante la vuelta. Mi único objetivo ya es coger buenas sensaciones el domingo para el PGA Championship”, señaló.
