¿Dónde han quedado los tiempos en los que una tarjeta de 67 golpes marcaba el liderato de un torneo tras la primera jornada? Porque a día de hoy casi no hay cita de golf de alta competición que no arranque con un señor firmando una tarjeta de siete, ocho o nueve menos en el día. Eso es también lo que ha hecho Branden Grace (-9) en la primera jornada del HSBC, último campeonato del mundo del año. En el Sheshan Golf International las tarjetas de 67 apenas se sostienen dentro del top-ten y no es un dato que nos pille por sorpresa en los tiempos actuales.
Un birdie cada dos hoyos y sin bogeys. La descripción cruda y llana se basta por si sola. A veces no le damos a las cosas la importancia que tienen: un birdie cada dos hoyos. Qué barbaridad. Y eso que Grace fallaba dos putts más bien cortitos para birdie al inicio de la ronda, «aunque luego he metido alguno bastante bueno, así que lo uno por lo otro», explicaba el sudafricano al acabar en un arrebato de honestidad.
A un golpe se han quedado Bowditch, Olesen y Kisner. Lo dicho: tarjetas de 64 también como el que hace churros. Y a dos del liderato andan ya Reed, Dustin Johnson y Willett. El campo estaba para comérselo, tiernecito, y las condiciones de juego eran fantásticas, y en tal tesitura los muchachos no perdonan. Por otra parte, además, el ataque en el arranque es tan potente como profundo y significativo. Los nombres no son los de cualquiera y es posible, qué cosas, que entre estos siete jugadores que ahora mismo encabezan la tabla tengamos ya al ganador del domingo.
Casi parece poca cosa el 68 de Sergio García (-4), pero la realidad es que es un inicio excelente. Justo hasta ahí han llegado asimismo Bubba Watson, Jordan Spieth, Rory McIlroy, Rickie Fowler, Louis Oosthuizen, Charl Schwartzel, Soren Kjeldsen, Matt Fitzpatrick… El club merece la pena.
El español se ha quitado ya la ‘herrumbre’ y ha estado bastante fino en los greenes y sus alrededores, lo que sin duda es una excelente noticia. Miguel Ángel Jiménez (+1), sin embargo casi se consume en un pequeño infierno. En su caso, por desgracia, la simple pronunciación del dato habla también por si sola: hasta 36 putts sumaba el malagueño después de cazar 16 greenes.
«Sinceramente, pensé que el resultado de 68 golpes estaría más arriba al final del día», declaraba un sorprendido Jordan Spieth. Ay, aquellos tiempos.
