Sergio García y Rafa Cabrera Bello saldrán hoy en los dos últimos partidos del Mexico Championship con el objetivo de dejarse abiertas todas las puertas y, en el mejor de los casos, ver si incluso se las pueden entrecerrar a otros. A ambos les hubiera gustado formar juntos en la tercera ronda, como correspondía en el clásico cuadro de partidos de dos, aunque finalmente no lo harán, pues se sale de tres en tres y por ambos tees del Chapultepec Golf Club.
CRÓNICA | La ciclogénesis perfecta de Sergio y Rafa
La relación entre Sergio y Rafa siempre había sido buena. La edad de cada cual los sitúa casi en la misma generación (Sergio ya ha cumplido 38 y Rafa cumplirá 34 en mayo), aunque la precocidad en el éxito del de Borriol lo subiera en un pedestal a ojos del canario en su pubertad, cuando los sueños aún se abren paso en tromba, sin pedir permiso.
VÍDEO | Espectacular eagle de García en el hoyo 11
Seve y Chema fueron el cimiento y la referencia para el abigarrado grupo de treintañeros nacidos todos en la primera mitad de los ochenta, que muy probablemente terminarán conformando una de las mejores camadas, como tal, si no la mejor, de la historia del golf profesional español de élite: Sergio García, Rafa Cabrera Bello, Gonzalo Fernández Castaño, Álvaro Quirós, Pablo Larrazábal, Alejandro Cañizares y Pablo Martín. Pero García, el mayor y el más precoz, ya se había convertido para ellos, antes incluso de hacerse profesional, en otra leyenda. Ganara más o menos torneos y aunque no rematara en los grandes, tuvieran mayor o menor afinidad personal, el caso es que Sergio era el ‘puto amo’, dicho así, de esta forma tan española.
VÍDEO | El gran viernes de Rafa en México, en versión extendida
Hoy, su relación ha trascendido este esquema. Son sencillamente mucho más amigos que antes. Dos circunstancias han terminado de forjar esta amistad. Una es prosaica: la irrupción del canario en el PGA Tour los llevó con naturalidad a pasar más horas juntos, a compartir casa en ocasiones y horas y horas de vuelo; y la experiencia fue buena. Otra es épica: la convivencia en la Ryder desarrolla un vínculo muy estrecho. Especial. Único. Sobre todo si se ha salido a jugar mano a mano, codo con codo, como fue el caso en Hazeltine.
Rafa no pudo tener mejor cicerone en el evento más importante. Y Sergio, que confiaba plenamente en el equilibrio del canario (así se lo confirmo a Darren Clarke, el capitán, en su momento), aún llegó a impresionarse por el aplomo mostrado por su compañero durante toda la semana. La celebración en el 17 de Hazeltine, cuando empataron el duelo ante Spieth y Reed en los foursomes matutinos del sábado, queda para ellos. Y todo lo que se venían diciendo, cómo se vieron el uno y el otro cuando aquel partido estaba más muerto que vivo, queda para ellos.
Thomas Bjorn, en este punto, lo tiene muy fácil. Para qué nos vamos a engañar. Y a Jon que lo ponga con McIlroy, si nos puede hacer el favor.