Inicio WGC WGC México Championship Pegar un hierro 8 de 190 metros y no volverte tarumba
McIlroy explica la complejidad de jugar esta semana a 2.300 metros de altitud

Pegar un hierro 8 de 190 metros y no volverte tarumba

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Rory McIlroy. © Golffile
Rory McIlroy. © Golffile

El WGC México Championship, que arranca mañana en el Club de Golf Chapultepec, de Ciudad de México, ofrece una peculiaridad que incide directamente en el juego. Se disputa a unos 2.300 metros sobre el nivel del mar, la mayor altitud registrada hasta la fecha en los torneos del campeonato del mundo o del PGA Tour. Un dato que, por las leyes de la física, modifica por completo el tiempo de vuelo de la bola.

Las distancias que se alcanzan con cada palo aumentan significativamente. Algo a lo que, como explica Rory McIlroy, tendrán que acostumbrarse sobre la marcha sin volverse locos: «Manejar las distancias va a ser muy duro. He estado pegando hierros 8 hoy a 190 metros. Es muy difícil confiar en que con esa elección de palo vas a llegar tan lejos».

La teoría dice que por cada 1.500 metros de altitud, la distancia alcanzada con cada golpe aumenta en torno al 10% al verse reducida la presión atmosférica y, por ende, el rozamiento y fricción que se produce sobre la bola. Así, en Chapultepec, el alcance de cada palo crecerá algo más del 15%, obligando a los jugadores a tirar de calculadora y de fuerza mental para creer que llegarán lo lejos que dice la teoría con un swing normal, sin forzar.

Para McIlroy, además, el campeonato del mundo de México (séptima sede y quinto país distinto que lo acoge) será el regreso a la competición después de varias semanas fuera de combate por una fractura costal. Su programa de recuperación ha incluido 10 días de descanso total, un regreso paulatino a los entrenamientos y tres citas relevantes en las últimas semanas: una polémica ronda de golf con Donald Trump, una comida con Tiger Woods y el director ejecutivo de la USGA, Mike Davis, y un partido con Dustin Johnson, nuevo número 1 del mundo, en el que el norirlandés firmó una esperanzadora tarjeta de 65 golpes.