Jon Rahm está encantado en el Club de Golf Chapultepec. Le gustan los diseños clásicos, con calles bien delimitadas por árboles centenarios, golf que desprende aroma a antiguo y, sobre todo, trazados donde prima el juego de riesgo-recompensa. Al golfista de Barrika le fascina saber que si asume el peligro de pegar el driver para cortar una esquina, si le sale bien, sacará ventaja al resto porque no mucho se van a atrever. Vibra con esa adrenalina de jugar en la cuerda floja, eleva al máximo su concentración y consigue sacar su mejor golf, aunque por supuesto también cometa errores.
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«Me gusta, los campos donde puedo tomar riesgos porque sé que realmente puedo sacar ventaja»
Así lo explicaba ayer tras situarse en el top ten a la conclusión de la primera ronda. “Es un campo clásico que me recuerda al Colonial y a otros que tienen cien años de vida. Es parecido también a algunos que juego en España y me encanta. Me gusta tomar riesgos porque sé que realmente puedo sacar ventaja”. Blanco y en botella. Rahm es un jugador muy agresivo y le ponen estas situaciones.
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Por ejemplo, hay muy pocos golfistas, por no decir ninguno, que pegue más el driver que Jon esta semana. “Si veo que entra nunca lo dudo”, asegura. De hecho, en los hoyos 1, 2 y 4 tiró directamente a green, sin dudarlo dos veces.
Rahm pegó ayer cuatro salidas por encima de 350 metros, dos más que Dustin Johnson
La comparativa con Dustin Johnson, otro jugador que pega el driver cada vez que puede, es muy curiosa. Ambos jugaron juntos ayer. DJ pegó ocho salidas por encima de las 300 yardas, mientras que Rahm pegó siete. Eso sí, Jon pegó cuatro salidas por encima de 350, mientras que el Número 1 del mundo sumó dos. El drive más largo de los dos también fue para Jon. Hizo 366 yardas en el hoyo 2.
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Por cierto, recordemos que el torneo de Jon tiene también una vertiente solidaria. Ayer recaudó seis mil dólares para la Cruz Roja de México gracias a sus seis birdies.
