Que Rory McIlroy (-6) sea el líder del WGC México Championship después de la primera jornada no es algo que deba sorprender demasiado. Al fin y al cabo es el número 1 del mundo y además no es la suya una situación más o menos coyuntural, sino que viene de lejos: desde que fallara el corte en el último British Open ha jugado doce torneos, obteniendo en ellos dos victorias, ocho top 5 y diez top ten… No se puede decir que el norirlandés tenga ya a tiro de piedra el ‘grand slam’ de los campeonatos del mundo (este es el único que le falta por ganar), porque queda un mundo, pero es obvio que ha cosido con triple pespunte su habitual etiqueta de favorito.
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Sí sorprende mucho más que Dustin Johnson (+5), defensor del título y auténtico rey de México hasta la fecha, haya firmado una tarjeta de 76 golpes. Puede que Rory no haya ganado todavía el torneo, pero el estadounidense, desde luego, ya no va a cantar victoria por tercera vez. Once golpes de diferencia con la cabeza y, lo que es peor, siete con el top ten, parecen demasiados incluso para él, en una cita donde se agolpan tantísimos jugadores de calidad. De todas maneras, será interesante comprobar cómo y de qué modo viene DJ abriendo senda a machetazos en las tres rondas que restan. Hay un dato significativo, que entre otras cosas prueba lo desangelado y errático que ha estado hoy su juego: su media de golpes hasta la fecha en las doce rondas de competición que había jugado en el Club de Golf Chapultepec era de 67,08 golpes, así que ha jugado nueve golpes por encima de ‘su par’, que por otro lado no dejaba de ser un auténtico disparate.
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La diferencia fundamental entre el Rory del domingo en Riviera y el del jueves en Ciudad de México ha estado en los greenes. Si McIlroy se pone a enchufar putts de tres, cuatro, seis y hasta siete metros, como ha hecho en esta primera jornada, apaga y vámonos. Eso no hay quien lo resista.
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Por detrás del norirlandés, a una prudencial distancia de dos golpes, se han situado Bubba Watson (-4) y Justin Thomas (-4).También andan ahí arriba Oosthuizen (-3), Conners (-3), Horschel (-3) y DeChambeau (-3), así que queda tela por cortar. Mucha tela. Entre otras cosas, además, porque la tabla anda apretada y el recorrido mexicano da con la misma facilidad que quita.
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Falta sólo por arriba la presencia de algún jugador español… Ninguno de los cinco presentes ha conseguido ganar al campo, aunque las tablas firmadas por Pablo Larrazábal y Rafa Cabrera Bello no son malas. Jon Rahm (+1), por su parte, ha salvado una situación delicada, pues venía tres arriba a falta del último tercio de la vuelta, justo lo que no han podido conseguir Sergio García (+3) y Jorge Campillo (+6). El viernes toca reacción, más que nada para no quedarse ya sin margen alguno de error con todo el fin de semana por delante.
