Inicio Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016 El campo de los Juegos Olímpicos de Río da un poco de...

El campo de los Juegos Olímpicos de Río da un poco de miedo…

Compartir

Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro están a la vuelta de la esquina. Después de ciento diez años, el golf vuelve a ser olímpico y, de momento, será en dos ediciones, Río de Janeiro en 2016 y Tokio en 2020. Después, ya se verá. Por ello hay que hacer un reestreno por la puerta grande, aunque lo cierto es que no lo están poniendo nada fácil. El objetivo Río no debe estar sólo en mente de nuestros golfistas, sino en los responsables de que las instalaciones estén en perfectas condiciones, y a día de hoy, puedo asegurar que Riserva Golf, en Barra de Tijuca, no lo está.

Pude comprobar su precaria situación esta semana en un viaje que hice a Río de Janeiro y mi impresión es que se encuentra muy lejos de ser un recorrido para acoger el regreso del golf al olimpismo. Cuando estaba preparando mi viaje con mi amiga Susana, que está viviendo allí precisamente por motivos «olímpicos», le pregunté si en nuestro programa turístico podríamos incluir la visita al campo de golf. Mi sorpresa fue absoluta con su respuesta: «¿el campo de golf? ¡Pero si no hay nada!». Razón de más para ir a comprobarlo, afirmé. Y allá que fuimos.

La entrada es desoladora. Vallado con planchas de uralita, se aleja mucho de la imagen del campo de golf que se han comprometido a tener finalizado para mediados del 2015, es decir, dentro de cinco meses. Superada la uralita, entras en un descampado por donde circulan operarios supervisando unas obras que no muestran mucha actividad. Tan poco, de hecho, que me hizo dudar si estábamos en el lugar correcto, así que preguntamos a una de las personas que circulaba por allí. Efectivamente, estábamos pisando golf olímpico. En teoría. Tras confirmar que aquello era el campo de golf de los juegos olímpicos, nos explicaron cómo será el edificio que servirá de entrada y la casa club, aún por construir. Tanto me sorprendió la poca actividad que vi por allí como la que sí vi en las construcciones que se están llevando a cabo alrededor del campo de golf… especulación urbanística. Eso sí, quede claro, junto a los edificios, un helipuerto en condiciones, que quizás le sea muy útil a más de un jugador cuando quede atrapado en un atasco, tal y como ya ha sucedido en más de una ocasión.

Al fondo se divisa un débil riego, protegiendo lo que sí está recién plantado del campo de golf, débil debido a la fuerte sequía que está azotando Río. Los que sí gozan de gran visibilidad son los manifestantes que acampan desde hace meses frente a las instalaciones, velando por el área protegida de Marapendi, en plena selva tropical, con un cartel que reza: «GOLF, ¿PARA QUIÉN?». Quizás no sea el mejor entorno para intentar popularizar el golf…

Unos Juegos Olímpicos no son fáciles de organizar, y estoy convencida de que, después de mucho sofocón, llegarán a tiempo y presentarán un recorrido en las mejores condiciones posibles para 2016, pero lo que no se acaba de entender es que, teniendo a poca distancia –que en Río las distancias pueden ser extremas- dos campazos como Itanhangá Golf Club y Gavea Golf & Country Club, se hayan empeñado en construir este nuevo campo en un país donde el golf aún no es muy popular.

En estos días que se están anunciando los capitanes de los equipos europeo y americano de la Ryder Cup 2016, que se va a disputar en Hazeltine, imaginemos que el campo de golf aún estuviese por construir… ¡Nos llevaríamos las manos a la cabeza! Pues eso mismo hice yo cuando vi el que albergará el golf en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, antes de la Ryder Cup.

En fin, aún les queda mucho trabajo por hacer, no sólo a los responsables de las instalaciones, sino a los atletas que quieran representar a su país en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Ha empezado la cuenta atrás.