Inicio Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016 Oro de Ley para Inbee Park
Lydia Ko se lleva la plata y Shanshan Feng el bronce en una mala jornada para las españolas en Río de Janeiro

Oro de Ley para Inbee Park

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Si Justin Rose fue un magnífico ganador de la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, qué decir de la versión femenina conquistada por Inbee Park. El golf puede irse de Brasil con la cabeza bien alta, contento y orgulloso. Difícil soñar con un podio más poderoso: Inbee Park (Oro), Lydia Ko (Plata) y Shanshan Feng (Bronce). O lo que es lo mismo: Número 5, Número 1 y Número 14 del mundo. Un señor podio.

El oro de Park es de Ley. La coreana de 28 años, nacida en Seúl y residente en California, siempre afable, risueña y extraordinariamente tranquila, ha sido la gran dominadora del golf femenino en los últimos cuatro años, es decir, lo que siempre se ha conocido como el ciclo olímpico. Su ya extraordinario palmarés se viste ahora de oro con esta medalla, que se suma a sus siete grandes y 26 victorias por todo el mundo. Además, ha sido la gran Número 1 del mundo hasta que una lesión en el pulgar de su mano izquierda, unida al fabuloso empuje de la jovencísima Lydia Ko, le arrebataron el sillón.

Tan grande es Inbee Park que ha logrado esta medalla de oro en su reaparición tras dos meses y medio de ausencia. No jugaba desde principios de junio y no pasaba un corte, debido a esas molestias físicas, desde abril. ¿Ausencia de ritmo de competición? No parece que este asunto vaya con ella ni con ese swing tan peculiar que transmite la sensación de ser ejecutado a cámara lenta, con una casi imperceptible parada en lo más alto de la subida. Decidió parar en junio y poner sus cinco sentidos en la recuperación. La recompensa es esta medalla de oro lograda por derribo. Pincha aquí para ver los resultados.

La victoria de Park no ha estado en duda en todo el domingo. Lo más cerca que han estado sus rivales es a tres golpes, después de un bogey en el hoyo 10 que rápidamente enmendaba con un birdie en el 13, uno de los hoyos más difíciles del Campo Olímpico de Río. La coreana ha terminado con una vuelta sensacional de 66 golpes, la tercera de la semana, y ha ganado con una diferencia abismal de cinco golpes sobre Lydia Ko y seis sobre Shanshan Feng. Curiosamente, Park ha ganado con el mismo resultado que Justin Rose, aunque la realidad es que el viento ha soplado con más intensidad durante el torneo femenino. Por cierto, Ko logró la medalla de plata de forma agónica, embocando un putt con corbata en el 18 para birdie.

Las españolas necesitaban un último día de fábula en Río para pelear las medallas y lo cierto es que no llegó. Más bien fue al contrario. Carlota Ciganda (+6) se despidió con una vuelta de 73 golpes, nuevamente lastrada por un mal inicio, su condena esta semana, mientras que Azahara Muñoz (-2) finalizó con una ronda de 72 golpes, en el puesto 21º. Llegaron con muchas ganas y una ilusión desbordante, pero finalmente no han podido rubricar el torneo que ellas habrían deseado.

Inbee Park se convierte en la segunda campeona olímpica de la historia, después de la norteamericana, nacida en India, Margaret Abbott, que se impuso en los Juegos de 1900 celebrados en París, la única edición que ha tenido golf femenino. Además, Park también logra ser la segunda golfista de la historia que puede presumir de haber ganado un oro olímpico y varios majors. La anterior fue Babe Zaharias. Lo curioso es que la norteamericana consiguió los oros en jabalina y 80 metros vallas en los Juegos de Los Ángeles en 1932. También, por cierto, logró una plata en salto de altura en esos mismos Juegos. Después se dedicó al golf y obtuvo diez grandes.

El golf ha superado cualquier expectativa posible. Ha sido emocionante, vibrante, ha captado la atención del público y los resultados han sido extraordinarios. No se puede pedir mucho más. Las seis medallas (hombres y mujeres) han ido a parar a seis países diferentes: Justin Rose (Gran Bretaña), Henrik Stenson (Suecia), Matt Kuchar (Estados Unidos), Inbee Park (Corea del Sur), Lydia Ko (Nueva Zelanda) y Shanshan Feng (China). Seis países distintos y cuatro continentes. Esto sí que es, señoras y señores, espíritu olímpico.