Hay que tener el don de la oportunidad muy bien enseñado para ser capaz de convertir tu primera gran victoria como profesional en un Major. Hay que tener la sangre fría y el instinto muy afilado. Todo eso lo tiene y lo puso ayer de manifiesto la joven norteamericana Danielle Kang, vencedora del KPMG Women’s PGA Championship con sólo 24 años.
Kang salió este domingo por primera vez en el partido estelar de un Grande. Antes, en 30 Majors disputados, no había sumado un sólo top ten. Es más, en cinco años de carrera en el LPGA Tour apenas había conseguido acabar entre las diez primeras en ocho ocasiones. Es el don de la oportunidad. Y el instinto.
Porque hay que tener instinto, el mismo que ya demostró como amateur al clasificarse hace ahora diez años para jugar el US Open cuando sólo tenía 14 o al ganar dos años consecutivos (2010 y 2011) el US Amateur, para imponerse en una ronda final de un Grande frente al ataque de toda una campeona de Grande y proyecto absoluto de Número 1 del mundo como Brooke Henderson.
Danielle Kang no ganó el KPMG PGA por descarte, ni mucho menos. Ganó porque se lo mereció. Porque lo agarró con sus manos y se lo metió en el bolsillo. Porque dijo esto es mío y no me lo quita nadie. Porque consiguió cuatro birdies consecutivos en los nueve últimos hoyos del domingo. Y porque fue capaz de acabar con birdie en el hoyo 18 (par 5), pateando para eagle tras pegar una soberbia madera 3 desde la calle, e imponerse con un golpe de ventaja sobre Henderson.
Kang (-13) se ha impuesto con un golpe de ventaja sobre Brooke Henderson, tres sobre Chella Choi y cuatro sobre Mi Hyang Lee, Sei Young Kim y Amy Yang, golfista que ya suma 16 top ten en Majors sin victoria. Qué historia tan diferente a la de Kang.
Carlota Ciganda (-3) rubricó un gran final de torneo con un vuelta de 69 golpes y aseguró un puesto en el top 20 del torneo, mientras que Belén Mozo (+5) sufrió más y acabó en el puesto 59º con una vuelta final de 75 impactos.
