En el hoyo 12 del Augusta National se ha visto de todo. Por supuesto, muchas bolas al agua. También ha habido alguno que ni siquiera ha llegado al arroyo en uno de los golpes más extraños que se recuerdan en el Masters. Obviamente, se han celebrado golpazos memorables, se han ganado y se han perdido Chaquetas Verdes… Y por último, pedidas de mano, como hoy, con Sergio García, Jon Rahm y José María Olazábal como testigos de excepción.
Ha sucedido en el camino del green del hoyo 11 al tee del 12, un bonito paseo delante de la zona donde más público se agolpa en el Augusta National. Estamos en el corazón del Amen Corner.
Una pareja se ha dirigido a ellos y les ha pedido si podían ser los testigos de su pedida de mano. Eran americanos y han confesado que los tres eran sus golfistas españoles favoritos. Jon, Chema y Sergio han accedido con muchas risas y bromas. Sólo faltaba. Un bello momento rubricado con una ovación cerrada del público y un señor beso. Como mandan los cánones.
Está claro que en el hoyo 12 puede ocurrir de todo, aunque conviene aclarar que no es la primera pedida de mano que se produce en este bello rincón del Augusta National. En 2017, sin ir más lejos, se produjo otra, tal y como recoge la foto que ilustra esta historia. Por cierto, que ya que estamos, pues se recuerda, que no hace daño a nadie: en 2017 ganó un tal Sergio García… Vamos a ver si el tema de la pedida no termina siendo premonitorio.
García, Rahm y Olazábal han jugado los nueve segundos hoyos, han compartido charla, risas y muy buen ambiente. «Siempre es divertido y agradable jugar con Jon y Chema. Con el primero hablamos más, pero a Jose hacía tiempo que no lo veía», decía Sergio al acabar. Lo que se dice muy buen rollo. Tanto es así que Jon, como anunció por la mañana, le ha dicho a García que el logo de los Fireballs, su equipo en LIV Golf, le recordaba a un Pokemon… «Sí, me lo ha dicho en el putting green. Sí que puede tener un aire. Yo es que soy muy de los Pokemon», ha dicho riendo.
En este sentido, el golfista de Borriol ha querido dar mucha normalidad a su reencuentro con los jugadores habituales del PGA Tour y el DP World Tour. «Ningún problema, ha sido muy agradable volver a ver algunas caras. Uno de las más especiales ha sido Jason Day. Me ha dicho que me echaba de menos y yo a él también». En este sentido, ha dicho que no lee las noticias y no le da importancia a que la mediación judicial con los jugadores de LIV Golf haya salido favorable al DP World Tour. «No estoy metido en eso, no me había llegado nada y la verdad es que me da igual», ha dicho.
En cuanto a su juego, Sergio está contento, se encuentra cómodo con el swing y sólo confía en que esta semana el putter funcione bien. Ya ha dejado de trabajar esta parcela con el instructor Stephen Sweeney.
