Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2008 ¿Cómo llega Olazábal?

¿Cómo llega Olazábal?

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Por David Durán, redactor del diario MARCA

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¿Qué posibilidades tiene José María Olazábal en este apasionante Masters que se avecina? Hablar de opciones de victoria suena descabellado, cuando menos, partiendo de la base (por suerte o desgracia…) de que todo lo que no sea un triunfo de Tiger Woods se va a pagar muy bien en las casas de apuestas…

A todos se nos ocurre, además, una larga lista de jugadores a los que vemos con más juego y opciones. Las sensaciones que ha transmitido Chema son buenas. Ha derrochado kilos de 'oficio' en estos dos torneos que ha jugado antes de la gran cita. Y en Augusta es necesario más que en ningún otro lado ese oficio. La paciencia.  La capacidad de calibrar con exactitud los riesgos.

 

¿Qué podemos entender como oficio cuando hablamos de golf? Reduciendo el razonamiento a una conclusión casi burda, podría ser la capacidad o el talento de firmar pares uno detrás de otro cuando tu juego no está bien engrasado. O dicho de otro modo, es el conocimiento exacto y continuado de las limitaciones propias.

 

De ahí que Olazábal haya pasado los dos cortes en Aloha y Redstone e, incluso, haya jugado en estos dos torneos cinco rondas por debajo del par. ¿Cuál es el problema? El oficio te mantiene, te hace pasar cortes, pero no da la gloria. Uno de los jugadores con más oficio del mundo es el australiano Nick O'Hern. Es la viva imagen del jugador que exprime su juego al ciento por ciento. Y suele estar arriba cada torneo que juega, llega a rozar algún triunfo, suma dólares en su cuenta… Pero no gana. Nunca gana.

 

En terminología futbolera, a Olazábal hoy le falta gol. Remate. Pero va mejorando. A los ocho birdies que hizo en Marbella en las cuatro rondas le han seguido doce en Houston. Él siente que le falta juego para producir birdies y se encuentra más o menos perdido con el putter en las manos, pero va cogiendo sensaciones, poco a poco… Ese oficio, sumado al 'amor' de Chema por el Augusta National, además del conocimiento perfecto que tiene del recorrido, hacen que, aunque parezca un contrasentido, le venga bien jugar este campo en el que los birdies cuestan sangre…

 

La lección, en cualquier caso y recurriendo al tópico, nos la ha dado ya Olazábal por ese empeño de sobreponerse a una extraña dolencia o enfermedad que cada cierto tiempo lo deja compleamente baldado, destrozado. Ni siquiera sabe exáctamente qué produce estas crisis… Pero ahí está. Vuelve. Siempre vuelve.