Los meteorólogos se han puesto de parte de Woods (o de cualquiera que tenga que negociar grandes desventajas) y han previsto para mañana una bajada de temperatura y viento racheado de hasta 40 kilómetros por hora…
Después de todo, la mayor remontada en la historia del Masters (Jack Burke Jr. recuperó ocho golpes para ganar en 1956) se produjo en un día de mucho viento como el que se espera el domingo en Augusta.
Aunque las condiciones adversas afectan a todos por igual, el factor meteorológico tradicionalmente ha servido para aumentar el número de posibles ganadores, incluyendo a aquellos que, por suerte o por lo que sea, se sacan una buena ronda de la manga en el día menos propicio.
También es cierto que el mal tiempo le viene mejor al que no tiene que arriesgar, y eso va en favor de Immelman y Snedeker; si bien Augusta National es un campo peligroso y arriesgado sea cual sea la meteorología. Como diría el superordenador en ‘Juegos de guerra’: "La única forma de ganar es no jugar".
La mesa está servida para los amantes del golf. Si Tiger remonta, seremos testigos de un acontecimiento histórico. Si gana Immelman, veremos al segundo sudafricano en ganar el Masters en la historia del torneo, después de Gary Player, que lo ganó tres veces, la última hace 30 años. A sus 28 años de edad, también sería el jugador más joven, no llamado Tiger Woods, en ganar el Masters desde que lo ganara José María Olazábal en 1994.
Y si gana Brandt Snedeker, estaríamos asistiendo al nacimiento de una estrella nacional en el circuito americano; alguien que podría darle guerra a Tiger. Por no mencionar una victoria de Paul Casey, que le convertiría en el primer inglés en ganar el Masters desde que Nick Faldo ganara su tercer Masters en 1996, y el primer europeo desde José María Olazábal en 1999. Steve Flesh también escribiría su nombre con letras de oro en la historia del golf a sus 40 años de edad, después de una carrera con sólo tres victorias en el circuito.
