Trevor Immelman (-8 y resultado ganador en 2008 en Augusta) se ha hecho 'mayor'. Este sudafricano de 28 años pertenece a una generación dorada del golf mundial en la que destacan él mismo, Adam Scott, Sergio García, Justin Rose y Luke Donald …
Un grupo de jugadores que se pisan la edad (Donald es el mayor, tiene 30 años y el resto o tiene 28 o está a punto de cumplirlos) y de los que se viene diciendo hace tiempo que son el recambio de los Singh, Els o Mickelson (Tiger es el puente entre ambos grupos), pero que tenían un denominador común que hoy ha roto Immelman: ninguno todavía había ganado un 'major'. El sudafricano ya lo ha hecho.
Y lo ha hecho con autoridad, domando los nervios y… sobre todo embocando un putt diabólico para par en el hoyo 11, justo cuando Tiger Woods (-5 al final tras firmar un 72) acababa de provocar uno de esos momentos mágicos que rompen los esquemas de sus rivales, y que hacen retumbar el suelo con los gritos y los brincos de los enfervorizados aficionados. Woods había enbocado un putt de más de diez metros en ese mismo green y el error del sudafricano le hubiera acercado a tres golpes.
El otro momento clave fue un error de Woods donde jamás suele cometerlos: falló un putt de algo más de un metro para birdie en el hoyo 13 y a partir de ahí perdió el nervio. Dejó de creer. "No me ha entrado ni un putt durante toda la semana. He tenido problemas para liberar el palo en los greenes. Necesitaba un -3 en los últimos siete hoyos y no he podido hacerlo", señalaba el número uno nada más finalizar (lo hacía con un buen birdie en el 18). Un bogey en el hoyo 14 enterraba todas sus opciones. Una vez más, Tiger no ha sido capaz de ganar un grande viniendo desde atrás. No es más que una estadística, pero vaya estadística. También se acabó el sueño del californiano de ganar el Grand Slam.
Cuando llegó el peor momento de Immelman en la vuelta, doble bogey en el hoyo 16, realmente no tenía una amenaza seria. El Tigre ya no estaba ahí, acechante, porque había bajado los brazos, absolutamente rendido a su negación en los greenes. Y Snedeker…
Brandt Snedeker era la baza 'refrescante' de los norteamericanos. Curiosamente, este rubio espigado también es de la generación de los 28 años. Acompañaba a Immelman en el último partido y su vuelta se convertía en un tiovivo, ahora arriba, ahora abajo, sin llegar a ser nunca una preocupación en los momentos determinantes. Comenzó con bogey-eagle-bogey en los tres primeros hoyos… Siguió cayendo después y cuando levantaba tímidamente la cabeza (birdie en el hoyo 12), volvía a bajarla inmediatamente. Ahí está, en cualquier caso, su tarjeta de visita en los grandes.
Mientras, Miguel Ángel Jiménez, aguardaba en la casa club frotándose las manos después de firmar un maravilloso 68, la mejor tarjeta en un día complicado por el viento. Impresionante Miguel, que fue viendo pasar a sus victimas cómodamente sentado y, suponemos, con una buena cervecita y un puro… Fue ganando puestos hasta finalizar en una mágnifica octava posición, su tercer top-ten en Augusta, que le mete directamente en el Masters de 2009 y le dispara en la clasificación para el equipo europeo de la Ryder.