Ya saben en Estados Unidos cómo las gasta Andrés Romero después de su victoria en Nueva Orleans este pasado domingo…
Los más entendidos, que allí son legión, seguramente tenían grabada en la memoría la jornada de domingo de este muchacho argentino en Carnoustie, en el último Open. ¿Cómo olvidarla? Romero hizo aquel día la friolera de diez birdies (repitan conmigo: ¡diez birdies en Carnoustie!), en una carrera vertiginosa hacia la gloria frenada sobre todo por un doble bogey en el 17 (aquel día también firmó dos dobles bogeys y dos bogeys; sólo hizo cuatro pares) donde quiso morir matando, arriesgando con un segundo golpe imposible después de haber fallado la salida.
"Es cierto que tuve la oportunidad de ganar el British, pero perderlo me enseñó algunas cosas que en caso de haberlo ganado no sé cómo habría reacionado. Me enseñó que hay que estar concentrado durante todos los golpes y hasta el hoyo 72. Cometí ese error, pero yo creo que me puede significar buenas cosas en mi carrera. Tengo más experiencia y aprendí muchas más cosas. Si hubiera ganado, seguro que no tendría nada de eso. De hecho, a la semana siguiente gané", comentaba a Ten-Golf en una entrevista el pasado mes de noviembre.
Y resulta que este chico es sencillo como pocos. Más bien tímido, lo que hace básicamente en un campo de golf es tratar de disfrutar. "Siempre me han dicho que era demasiado agresivo y que debería cambiar algunas cosas. Incluso, después de ganar en Hamburgo me preguntaron los periodistas si, ahora que había ganado, tenía pensado cambiar la forma de jugar. Yo les dije, si así llegué hasta aquí, no creo que tenga que cambiar nada". Quienes le conocen saben que es cierto. Tiene muchos y buenos amigos entre los jugadores españoles, entre otras cosas porque él se ha hecho en el circuito europeo. Sus primeras semanas en el circuito americano no han sido especialmente buenas. Pero estos jugadores tan agresivos se mueven más que otros en picos de forma, funcionan más por rachas, así que mucho ojo con Andrés Romero para el Masters…
¿Será capaz de ir a por las banderas a muerte en el Augusta National? No les quepa la menor duda. Y que se prepare quienquiera que aspire a la victoria si el argentino está iluminado. Porque es un pegador muy duro, a pesar de lo que pueda parecer por su aspecto físico, y un killer en los greenes con el putt en las manos.
Cuando Ten-Golf habló con Romero sobre el golf en Estados Unidos, aseguraba: "quiero jugar allí, hay que probarlo todo. Y si me va mal, me vuelvo otra vez para Europa, para mi casa". Pues, de momento, va a ser que no.
