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Una clase impagable

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Diario del Masters a 2,07

Acaba de terminar Miguel su tercera vuelta e intentamos seguir unos hoyos a Tiger. Imposible. La marea humana que lo acompaña impide ver siquiera la visera de su gorra. Si no puedo yo con mis 2,07, imagínense. Cambio de planes inmediato. Buscamos a Mickelson un poco más adelante. Eureka…

Lo esperamos en el green del 14. Una sonrisilla floja invade el ambiente. «Viene de hacer eagle en el 13», asegura emocionando un aficionado. Mickelson pega su segundo golpe. Silencio. ¿Dónde va esa bola? Ha salido completamente a la izquierda. Eso se va a los árboles, me digo. Vaya error. El mío. La pelota vuelve. Y vuelve. Y vuelve. No puede ser… Ojo que eso va muy bien. El silencio se convierte en murmullo. Estruendo. La locura. La bola bota a unos dos metros de la bandera, rueda y cae en el agujero. Definitivamente el favorito para el público de Augusta es Mickelson.

Jiménez, sin embargo, no lo tiene claro. Está más contento. Ha disfrutado en el campo con su vuelta de par. De vuelta a la casa le pregunto por su candidato. Sorpresa. «Tiger o Westwood», me dice. «Westwood es el jugador más sólido y recto que hay ahora mismo en el mundo y tiene una confianza ciega en su putter. Coge todos los greenes y la mayoría de sus putts, si no entran, rozan el hoyo», argumenta. Ahí queda eso.

Creo que es una tarjeta de crédito la que se anuncia bajo el lema de ‘no tiene precio’. Pues eso mismo. Uno de los compañeros de la casa se ha comprado un 60 grados. Habrá que probarlo… Nos fuimos al jardín y Miguel estuvo haciendo unos aprochitos. Nos dio una clase de 15 minutos de juego corto. Impagable.

Augusta es un campo impresionante y hay que verlo en directo. De verdad. Cuando vemos el resumen de la jornada por la tele nos decimos: «pero ése es otro campo…». Es difícil elegir el mejor rincón de Augusta. Yo me quedo con el Amen Corner. No soy muy original, lo sé, pero es la bomba. El par 3 (hoyo 12) es increíble, y eso que se ve de lejos, ya que no se puede estar en el green y todos los aficionados se concentran alrededor del tee. Hay que pisar el green para darse cuenta de cómo es el hoyo. Tiene 31 metros de ancho y ¡¡8 de largo!!, nos dice Miguel. El green del 13 también es una pasada.

Otro rincón de Augusta. Pónganse detrás del tee del hoyo 18 y miren por dónde hay que meter la bola. ¡Parece un pasillo de cinco o seis metros!

Algunos datos: Augusta factura esta semana en comida y bebida cinco millones de dólares y en abonos semanales 50 millones…

Por Pedro Fernández