Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2012 Phil cabalgaba en un brioso corcel…

Phil cabalgaba en un brioso corcel…

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Tampoco va a poder ser este año el de la reconquista del Augusta National. Sergio García (-1) y Miguel Ángel Jiménez (+1) se han dejado todas sus opciones en la tercera jornada del Masters después de entregar sendas tarjetas de 75 y 76 golpes. Por delante de ellos, Phil Mickelson cabalgaba en un brioso corcel y Peter Hanson cruzaba tees, fairways y greenes subido en un panzer…

Casi no ha habido término medio entre los candidatos al triunfo. Se han visto rondas muy buenas, comenzando por el 65 de Peter Hanson (-9), nuevo líder, y el 66 de Phil Mickelson (-8), su pareja mañana en el partido estelar, y otras que resultaban un despiadado homenaje a la impotencia. Por desgracia, los dos españoles han caído en el mismo grupo en el reparto…

Sólo encontramos una explicación más o menos evidente, al margen de la ‘película’ y los avatares de cada cual. Hubo quienes se adaptaron mucho mejor a unos greenes que estaban hoy más rápidos todavía (más secos y generosamente cortados), llegando incluso a sentirse más cómodos en ellos, y otros que amargamente no han dado con la tecla en toda la ronda. Se va perdiendo la confianza desde los primeros hoyos y luego es complicado recomponerla sobre la marcha.

Fred Couples (-2) y Jason Dufner (-2), los líderes al inicio, entregaban la misma tarjeta que Sergio (75). Yang, Vijay, Zach Johnson, Baddeley, Schwartzel, Kaymer… Todos ellos han rondado el mismo registro. Curioso. Era un quiero y no puedo. Pero el caso más sorprendente, sin duda, lo ha protagonizado Rory McIlroy (+1), que sumaba 42 impactos por los primeros nueve hoyos y entregaba una tarjeta de 77 golpes. El empaque y el poderío de las dos jornadas anteriores se esfumaba en un abrir y cerrar de ojos. Lo de Rory, no obstante, iba mucho más allá de los greenes: hasta que llegó al tee del hoyo 9 iba tirando una bola para cada lado. Con las maderas y con los hierros. Inaudito.

En este mismo grupo habría que meter también a Tiger (+3), aunque él si iba a salvar el resultado de par en el día. Está siendo una semana muy dura para Woods, hasta el punto de replantearse toda su filosofía y metodología de trabajo con Sean Foley. Al tiempo. Lee Westwood (-4) salvaba los muebles con otra tarjeta de par en el día, pero da la sensación de que no le va a llegar. No obstante, todavía dispondrá de una oportunidad en la ronda decisiva.

Excelentes los movimientos de Mahan (-4) y Harrington (-4), viniendo desde atrás. Pero como ya ha quedado dicho, los grandes protagonistas han sido Hanson y Mickelson. El sueco es un martillo desde el tee (ha cogido cerca del noventa por ciento de las calles después de tres jornadas, una auténtica barbaridad) y hoy además veía los hoyos como palanganas, cuando no las dejaba dadas con hierrazos apabullantes. Jornada de antología del gigantón nórdico, pero si hablamos de emociones fuertes hay que referirse siempre a Phil, sin duda el jugador más espectacular del mundo, si entendemos el espectáculo como una sucesión de hechos, situaciones, decisiones y actos que van más allá de la eficacia y los números, fundamentalmente bellos, distintos, inalcanzables para el común de los mortales, también al filo del suspense.

El zurdo californiano emociona. Y además, su juego también da réditos, porque este hombre se ha hartado de ganar torneos.

Su approach por alto en el hoyo 15 (bola a las nubes pegando a treinta metros de la bandera) y el ganchazo controlado en la calle del 18 para dejarse una opción de birdie inimaginable, fueron dos obras de arte. En realidad, él es el auténtico heredero de Severiano. Inmensos en su irregularidad, brillantes y valientes. Osados y coherentes siempre con su idea revolucionaria del juego.

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