Inicio Masters de Augusta Masters de Augusta 2012 Que los árboles (DE AUGUSTA) no nos impidan ver el bosque

Que los árboles (DE AUGUSTA) no nos impidan ver el bosque

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– Si nos quedamos sólo con los fríos resultados, la resaca que nos deja la Armada en el Masters de Augusta puede ser amarga. Sin embargo, hay mucho bueno con lo que quedarse…

Las declaraciones de Sergio García admitiendo que no se veía capaz de ganar un Grande lo ha ensombrecido todo. Pero el de Borriol ha firmado el mejor resultado en Augusta en ocho años. Sergio acude a cada torneo con la idea de ganar y un duodécimo puesto le sabe a poco. Esa ambición es buena. Pero desde fuera, con frialdad, tenemos que destacar que haya estado nuevamente al borde del top ten en un major. Sin embargo, lo más importante es la sensación. Si eliminamos los nueve primeros hoyos del sábado, Sergio ha desplegado un juego sólido de tee a green y muy fino en los alrededores del hoyo. Habría estado peleando por ganar el torneo. La clave es encontrar ese pequeño clic que falta. Llámenle como quieran: fuerza mental, carácter, suerte, oportunidad… Da igual.

Miguel Ángel Jiménez sigue transmitiendo unas vibraciones fantásticas. El malagueño ha venido al Masters de Augusta a ganar. Y lo que es más importante, se ha visto realmente con opciones de hacerlo. El fin de semana no salió nada, aunque anda muy fino. Ya podemos avanzar que Miguel volverá a ganar este año. Al tiempo.

Gonzalo Fernández Castaño ha cumplido con creces al pasar el corte en su primer Masters. Gran comportamiento del madrileño. Tenemos muchas ganas de verlo dentro de un año, con más conocimiento del campo y llegando en un mejor punto de forma.

Álvaro Quirós sigue sin encontrar ese puntito idóneo que siempre está buscando. Sin embargo, no deja de mejorar. Esta semana le hemos visto con una actitud espectacular. Muy positivo, pero exigente. Es el buen camino. Además, nos quedamos con lo que nos contó bajo el mítico roble de Augusta. «La semana pasada le pegué a la bola fenomenal en todos los aspectos del juego». Igual todo eso sale en Malasia.

José María Olazábal es un caso aparte. Llegó a Augusta después de tres semanas parado, algo oxidado en lo que se refiere a competición, pero feliz con su swing. El drive empieza a funcionar y los hierros siempre están ahí, más o menos brillantes, pero siempre ahí. Cuenten con él esta semana en Hilton Head, un campo que le encanta y que le va como anillo al dedo. Aquí no hay que reventar la bola.

– Lee Westwood, de nuevo entre los tres primeros en un ‘major’. Ha ocurrido ya seis veces en los últimos once disputados. A los puntos, no tiene parangón en el mundo. Pero por desgracia para el inglés los ‘majors’ se ganan por K.O…

– Louis Oosthuizen no habrá ganado, pero sí se ha hecho un hueco perenne en la historia del Masters y del golf por su albatros en el hoyo 2. No nos cansaremos de ver el golpe. Pero antes de pegar ese hierro 4 el muchacho había arreado un estacazo de casi trescientos metros desde el tee. De hecho, el sudafricano ha sido el mayor pegador del torneo en media de distancia.

– Tiger Woods completó su peor clasificación como profesional en un Masters. Rory McIlroy acabó en la misma posición (40º).  Como para ponerse ahora a encontrar una explicación convincente… No existe. Mucho menos después de ver el dominio de la situación del joven norirlandés hasta el sábado. Pero no seamos duros con nosotros mismos: dentro de dos meses, en la víspera del US Open, ambos encabezarán de nuevo todos los carteles de favoritos y las apuestas. Qué decir. Lo de siempre: ningún deporte sobre la faz de la tierra como el golf.

– Peter Hanson amplía la maldición europea del Siglo XXI en Augusta. Desde el último de Chema, nadie. El sueco dio la sensación de no creer al ciento por ciento en sus posibilidades. Pero no hubo derrumbe. Ahí estuvo. Como estará, seguro, en el equipo de la Ryder en septiembre. Hay que darle todo el crédito.

– Será cuestión de formar un grupo de música y pasar un buen rato produciendo y protagonizando un vídeo desternillante. Los ‘Golf Boys’ se han salido: Bubba (1º), Mahan (12º), Crane (17º) y Fowler (27º). Quizá también podamos encontrar detrás una oportuna (y oportunista) moraleja: hay tiempo para todo.